Por Miguel Alvarado Natali
Escrita por Amalá Saint-Pierre y Francisco Paco López. Dirigida por Pato Pimienta, se está presentando en el Teatro Municipal de las Condes hasta el 3 de Julio. Cuenta la vida de la cantante chilena de la década del 30, Rosita Serrano llamada El “Ruiseñor chileno” (Der chilenische nacchtigall), como le apodaron los alemanes, por su fabuloso silbido cuando cantaba. Su llegada a la Alemania de Hitler para encontrarse con su madre (Sofía del Campo, quien era soprano), la llevó a presentarse al sello discográfico Telefunken, con quienes grabó 81 temas y es aquí donde conoce a su ferviente admirador, Joseph Goebbels, Ministro de propaganda del Tercer Reich. Al parecer fue el propio Hitler que le pidió que cantara para él y el Partido Nazi, nace así la diva de los alemanes los cuales no tuvieron ninguna compasión para acusarla de espía después de dar unos conciertos a niños judíos refugiados en Suecia. Rosita Serrano llegó a ser una especie de Madonna de nuestra época, conducía su propio auto, fumaba en la calle y su figura y estatura de 1.80 metros era admirada en Alemania y parte de Europa. A sus 25 años se presentó en el Wintergarten Verieté, el teatro más importante de Berlín. En 1943 fue expulsada de Alemania y vuelve a Chile sin fortuna, ya que sus bienes fueron requisados y solo regresa a Alemania en los 50” para realizar películas. Pese a tener una gran fortuna producto de su carrera y el haberse casado con un adinerado empresario egipcio de origen judío, murió pobre en un departamento en el centro de Santiago en 1997 a los 83 años. Ignorándose la dimensión que tuvo su carrera musical en Europa y llevando el estigma de haber sido parte del mundo nazi.
Silvanna Gajardo interpreta a Rosita Serrano, ella tiene un buen registro vocal, es expresiva y lúdica. Mientras que sus compañeros de actuación salen airosos, mantienen el ritmo, la velocidad y la variedad de diálogos, que hacen que los asistentes sostengan su atención en el escenario, donde todos los actores aprovechan al máximo el espacio escénico. Con cambios de vestuario, rápidos y coordinados, donde nada queda sobrando. Buen maquillaje y vestimentas, de pronto pareciera que son más los personajes, por lo bien que ocupan la escena y la transformación de la escenografía.
Con una atmósfera ideal que pese a su ambientación sencilla logra situarnos en el contexto histórico del relato, que a la vez es novedoso, creativo y cautivante.
Auge y caída de Ruiseñor, es una comedia dramática, con tintes de humor, pero sin dudas, histórica. Conmovedora y vigente en el sentido de que la vida tiene sus altos y bajos como lo fue la de ésta artista, que en palabras de quien la conoció, la actriz Carmen Barros y quien tiene además una participación en este montaje, pero de forma audiovisual, Rosita Serrano fue la cantante chilena más afamada de la época con una voz insólita e inimitable, considerada por los alemanes como exótica e independiente, con una voz y belleza cautivante. Es una obra en la cual se disfruta esa narración llena de una verdadera aventura que fue la vida de esta estrella de antaño. Una puesta en escena conmovedora y que nos invita a conocer esa vida glamorosa y de triunfo de una chilena que para muchos es una desconocida, pero nos deja con esa reflexión de sí nuevamente se hizo presente el “pago de Chile”. Cabe mencionar que su nombre verdadero era María Ester Aldunate del Campo y su sobrina es la cantante Isabel Aldunate.
Crónica Digital, Santiago 2 de Julio 2022