Croacia se estrena hoy como nueva ruta del flujo masivo de indocumentados en Europa, tras sellar Hungría su frontera sur con Serbia, por donde pasaron más de 200 mil extranjeros este año.
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Los primeros autobuses con entre 40 y 60 refugiados, en su mayoría sirios, iraquíes y afganos, arribaron esta jornada a la frontera de este país, cuyas autoridades aseguraron estar dispuestas a facilitarles su traslado hasta Alemania.
El primer ministro croata, Zoran Milanovic, indicó que su nación está dispuesta a acoger y trasladar a los refugiados hasta Alemania. “Estamos preparados para aceptarlos, con independencia de su religión o color de piel”, declaró a la televisión capitalina.
La nueva ruta escogida supone un recorrido de 860 kilómetros para ir desde el sur de Serbia, a donde llegan los indocumentados desde Macedonia, hasta la localidad de Sid, el único margen de tierra en la frontera serbia con Croacia, cuyo límite lo domina el río Danubio.
Pero al cruzar a este estado, los miles de inmigrantes llegados en las últimas semanas a Serbia deberán pasar por áreas rurales aún minadas desde el conflicto yugoslavo hace 20 años y atravesar zonas montañosas, a diferencia de la llanura de Hungría.
Budapest cerró ayer su frontera con ayuda de 900 policías y unos cuatro mil 600 militares, así como una cerca con alambradas de púas, al entrar en vigor una ley que criminaliza la inmigración.
Las autoridades magiares informaron sobre el arresto de 366 refugiados que podrían ser procesados y condenados con penas de hasta tres años de cárcel por cruce ilegal de fronteras.
El gobierno croata preparó condiciones para recibir a unos tres mil indocumentados en la fronteriza localidad de Tovarnik, para luego ser trasladados a Eslovenia, país de la zona de Schengen.
De su lado, Austria impuso controles en tres puntos fronterizos ante la masiva llegada de refugiados y pretende habilitar otros siete, incluido en su frontera con Eslovenia. Viena utiliza al ejército para reforzar la vigilancia policial en sus límites con Hungría.
En Holanda, sus autoridades anunciaron que preparan las cárceles vacías de las ciudades de Arnhen y Haarlem, centros de congresos, bases militares y otros edificios públicos para recibir a unos tres mil indocumentados. Alemania, a donde llegaron unos 450 mil foráneos en 2015, podría beneficiarse con el arribo de refugiados como mano de obra adicional para mantener su estado de bienestar, opinó, por su parte, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann.
Al referirse a la oleada de refugiados que llega a la nación germana, el presidente del Colegio Nacional de Psicoterapeutas, Dietrich Munz, indicó que el 50 por ciento de ellos presenta síndromes postraumáticos.
Cerca del 70 por ciento de los refugiados presenció la violencia contra otros y la mitad la sufrió en carne propia, destacó.
Damasco arremetió ayer contra la hipocresía de Occidente que tras apoyar a formaciones armadas, incluido al movimiento radical Estado Islámico y provocar el conflicto interno sirio, ahora busca otros culpables de la crisis migratoria y de la llegada de refugiados.
Prensa Latina
Crónica Digital, 16 de Septiembre 2015