La astronauta Samantha Cristoforetti realizó todas las operaciones necesarias en el laboratorio de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Con la ayuda de centrifugadoras, Cristoforetti, de la Agencia Espacial Europea (ESA) alteró las condiciones gravitacionales en la estación, lo que permitió al equipo en el centro de control rastrear cómo reaccionaban las células.
Los datos recogidos en la ISS fueron después transmitidos a la Tierra.
Al decir de Thiel, lo descubierto, además de espectacular, resulta paradójico. Las células mamíferas son capaces de adaptarse de forma ultrarrápida a la gravedad cero.
Por su parte, para Ullrich, el resultado del experimento de ISS es una buena noticia para el vuelo espacial tripulado. Hay esperanza de que nuestras células puedan funcionar mucho mejor con la gravedad cero de lo que pensábamos, subrayó.
Berna, 6 de marzo 2017
Crónica Digital /PL