El presidente estadounidense, Barack Obama, reconoció hoy que queda mucho por hacer en este país para combatir el racismo y la pobreza, además de mejorar las relaciones entre las fuerzas policiales y las minorías. En su habitual discurso sabatino por radio e Internet, el mandatario señaló que los norteamericanos deben luchar contra las desigualdades y evitar casos como los múltiples enfrentamientos que tuvieron lugar en 2015 entre la policía y los grupos poblacionales a los que esta sirve.
Durante el pasado año, hemos visto más claramente que nunca la frustración en muchas comunidades negras y el sentimiento de que nuestras leyes se aplican de forma desigual, aunque estos hechos no son nuevos y la policía por sí sola no los resolverá, añadió.
Obama argumentó que para mejorar la armonía social en Estados Unidos, el primer paso es aplicar reajustes en el sistema de justicia, que en demasiadas ocasiones es un viaducto que va desde las escuelas inadecuadas que existen en todo el país, hasta las prisiones superpobladas de reclusos.
Según el jefe de la Casa Blanca, esto significa enfrentar los problemas raciales, de pobreza y la situación de las clases sociales sin acceso a mayores oportunidades.
En un sentido más amplio, necesitamos invertir en nuestros niños y comunidades para que los jóvenes vean un futuro mejor para sus vidas, acotó.
Las declaraciones de Obama tienen lugar unos días después del primer aniversario del asesinato del joven afroamericano Michael Brown el 9 de agosto de 2014 a manos del policía blanco Darren Wilson, en la localidad de Ferguson, Missouri, hecho que provocó fuertes protestas en todo el país.
La semana pasada, durante las conmemoraciones por el primer aniversario del crimen, resurgieron manifestaciones durante varios días y en la noche del 10 de agosto resultó gravemente herido, y aún está en condiciones críticas, el adolescente Tyrone Harris, quien según la versión oficial disparó primero contra las fuerzas del orden.
Los disturbios en días recientes motivaron que las autoridades de Ferguson impusieran el estado de emergencia, que fue levantado ayer.
En los últimos meses, tuvieron lugar numerosos incidentes de violencia policial en Estados Unidos contra los afrodescendientes, como la muerte de Freddie Gray, un joven negro en la ciudad de Baltimore, Maryland, quien falleció el pasado 19 de abril, una semana después de su arresto por la policía local.
La muerte de Gray -quien recibió graves lesiones en la columna vertebral- provocó manifestaciones violentas que duraron casi dos semanas en esa urbe, en la cual se impuso un toque de queda e intervinieron unos cinco mil efectivos de la Guardia Nacional.
El 30 de abril de 2014, el policía Christopher Manney disparó 14 veces contra Dontre Hamilton, de 31 años, quien estaba desarmado, mientras en julio de 2014, murió Eric Garner, de 43 años, estrangulado por el policía blanco Daniel Pantaleo.
Crónica Digital, 15 de Agosto 2015