Científicos chilenos detectaron un proceso de desalinización por el ingreso de agua dulce a los océanos por el aumento de la temperatura a consecuencia del cambio climático.
Un equipo del Instituto Antártico Chileno (INACh) y del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), realizó mediciones en las cercanías del glacial Collins en las que comprobaron ese fenómeno, denominado freshening.
La oceanógrafa Lorena Rebolledo, integrante de ese colectivo, señaló que la península Antártica es una de las zonas del planeta que está siendo más afectada por el calentamiento global.
El glaciar Collins, ubicado en bahía Fildes, en la isla Rey Jorge, es uno de los lugares que ha despertado el interés científico nacional e internacional debido a su evidente retroceso en los últimos 50 años.
Según la especialista, a menos de 300 metros de distancia del glaciar, lanzaron en siete ocasiones una sonda oceanográfica CTD Cast-Away, equipo que registra la condición actual de temperatura y salinidad en el mar, y se determinó que a los 12 metros de profundidad, la temperatura del agua en las cercanías del glaciar Collins fluctuó entre 07 y 1.1 grados centígrados.
Esas mediciones indican que mientras más cerca se está del glaciar, la columna de agua es menos salina y más fría, con lo cual es posible apreciar el efecto directo del derretimiento de los hielos en el océano Austral y, por lo tanto, la influencia del freshening, dijo Rebolledo.
Asimismo la científica observó que en las cercanías del glaciar Collins, es posible incluso distinguir la capa de agua dulce provocada por el deshielo.
Los registros obtenidos por los investigadores servirán como información básica para entender, por ejemplo, cuál es el rango térmico al que están adaptadas las especies de los ecosistemas marinos antárticos y cómo el océano Austral enfrentará los escenarios futuros del cambio climático.
Santiago de Chile, 1 de abril 2019
Crónica Digital /PL