La embajada sueca dijo que estaba siguiendo su caso e instó a que a todos los detenidos se les permita una atención médica adecuada y se respeten sus derechos humanos.
En tanto, en Yangon, la principal ciudad del país, la policía detuvo a Myo Aye, director del Sindicato de Solidaridad de Myanmar, quien también ha jugado un papel importante en la organización de las protestas.
Más temprano el jueves, los soldados abrieron fuego en la ciudad de Mandalay para dispersar a los trabajadores médicos que protestaban y un hombre murió y varios resultaron heridos, informaron los medios locales.
Los trabajadores médicos, algunos de los cuales han estado al frente de la campaña contra el golpe, se reunieron temprano, pero las tropas abrieron fuego y detuvieron a algunas personas, dijeron testigos.
El feriado de cinco días de Año Nuevo, conocido como Thingyan, comenzó el martes, pero los activistas a favor de la democracia cancelaron las festividades habituales para centrarse en su oposición a la junta gobernante.
Cientos de personas se unieron a las marchas de protesta y mítines de motocicletas en varias localidades, según imágenes publicadas por los medios de comunicación.
El golpe también ha provocado un aumento de los enfrentamientos entre el ejército y las fuerzas de las minorías étnicas que luchan por la autonomía en las regiones fronterizas, en particular en el este y el norte, donde los militares han lanzado ataques aéreos.
Las fuerzas gubernamentales sufrieron muchas bajas en un asalto a la milicia étnica Kachin en el norte esta semana, informaron las publicaciones Myanmar Now y Democratic Voice of Birma.
En el este de Myanmar, los enfrentamientos entre el ejército y los insurgentes de la etnia karen provocaron que varios miles de aldeanos huyan a la vecina Tailandia.
El golpe tiene a Myanmar en una crisis que ha paralizado la economía, y según datos extraoficiales, las fuerzas de seguridad han matado a 715 manifestantes.
Naypidó, 15 abril 2021
Crónica Digital/PL