De acuerdo con el informe del INEC, la diferencia puede considerarse significativa, además de implicar un incremento en la variable con respecto a 2019, cuando los datos reflejaron un desempleo femenino del 4,6 por ciento y masculino del 3,3.
Asimismo, la población inactiva llegó en diciembre pasado a 4,5 millones de ciudadanos y de ellos el 61 por ciento fueron mujeres.
Solo en el área de los servicios fueron alrededor de 150 mil las ecuatorianas que quedaron cesantes a finales del año pasado y muchas de quienes conservaron sus puestos perciben menor remuneración por las mismas actividades.
Por esos y otros estimados, organizaciones sociales y en defensa de los derechos de las mujeres en el país coinciden en que durante los meses de evolución de la pandemia de la Covid-19 ese sector poblacional fue el más golpeado.
La situación es motivo de denuncias desde varios frentes y en las redes sociales, espacios para hacer públicos actos como despidos, falta de pago de indemnizaciones y otros problemas que las aquejan.
Incluso en el país en los últimos meses hay reportes de casos de cesantías intempestivas de embarazadas y madres en período de lactancia, lo cual no procede de acuerdo con las normas vigentes.
Aplicar las políticas sociales adoptadas en favor de la mujer y avanzar en el combate por cerrar la brecha salarial son hoy reclamos desde cada rincón de este territorio andino, donde están previstas varias actividades y marchas.
Para muchas, el Día Internacional de la Mujer, conmemorado cada 8 de marzo, no es motivo de celebración, sino para ratificar y reforzar la lucha histórica contra la desigualdad en temas laborales y otros como la violencia de género y los femicidios, flagelos vigentes en la sociedad ecuatoriana.
Quito, 8 de marzo 2021
Crónica Digital/PL