El especialista en transporte urbano y académico de la Universidad de Santiago, Rodrigo Martin, valora la disminución en el índice de no pago, que se registró en el trimestre julio-septiembre cuando llegó a 26%, pero señala que para que las políticas antievasión realmente se consideren exitosas, la reducción debe ser significativa y de por lo menos diez puntos porcentuales. En ese sentido, asegura que durante el último trimestre de este año se logrará llegar a esa meta. “Pronto llegaremos al 24%, se trata de una cifra que contrasta con la cifra más alta del 2016, cuando se alcanzó un 34,6%”, afirma.
El Ministerio de Transportes informó que el nivel de evasión en el Transantiago llegó a 26% entre julio y septiembre, la cifra más baja desde marzo de 2015.
Para el experto en transporte urbano y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Rodrigo Martin, este dato confirma que el índice de no pago bajará 10 puntos porcentuales este año en comparación a lo que se registró en 2016, cuando la cifra más alta fue de un 34,6% entre octubre y diciembre.
“La cifra del 26% implican 8 puntos porcentuales menos que el año pasado, lo que es bastante positivo. Si bajamos 10 puntos en un año, se podría considerar un éxito en las políticas antievasión y creo que vamos pronto hacia allá, hacia el 24%”, sostiene.
Para Martin, la baja se debe fundamentalmente a medidas del ‘plan antievasión’ del Gobierno, como la instalación de torniquetes, más zonas de pago y operativos de fiscalización, las que habrían provocado una “presión psicológica” sobre el usuario.
Sin embargo, considera que aún quedan tareas pendientes para seguir disminuyendo la evasión, con medidas que todavía no se han evaluado. Por ejemplo, implementar un subsidio a la demanda para los sectores socioeconómicos más bajos. Es decir, que el Estado financie parte de los viajes de los estratos más vulnerables, que ven presionado su presupuesto por el valor de la tarifa, entre $610 y 740 pesos dependiendo de la hora y el servicio que se prefiera (bus o Metro).
Finalmente, reconoce que no haber reajustado la tarifa del Transantiago este año puede haber influido en la baja de la evasión, ya que implica un “desahogo para las personas”. No obstante, enfatiza que “la reducción no tiene que ver específicamente con eso, sino con que las medidas produjeron un efecto psicológico sobre los usuarios. La evasión estaba llegando a límites insostenibles”.
Por eso, concluye insistiendo en la eficacia del plan antievasión, ya que habría hecho comprender a una parte importante de la población sobre la magnitud del problema, estima Martin.
Santiago de Chile, 3 de noviembre 2017
Crónica Digital/usach.cl