Este proceso reveló formaciones geológicas que indican una alta probabilidad de disminución del tamaño en el futuro, lo que hará de Mercurio un mundo igual a la Tierra en cuanto a su actividad tectónica.
Según la investigadora Maria Banks, los escarpes a pequeña escala son órdenes de magnitud de menor tamaño, con unos pocos kilómetros de largo y decenas de metros de relieve, comparados con los descubiertos previamente en la superficie de Mercurio. Ello significa que las nuevas fallas, formándose el interior del planeta, continuarán su desarrollo.
Además, el constante bombardeo de meteoritos degrada rápidamente y destruye las estructuras que se crearon hace poco tiempo. Todos estos fenómenos provocan que los escarpes diminutos adopten formas similares a los identificados en la superficie lunar atribuidos a la reducción de la Luna, añadió.
Dichas formaciones aparecen como un tipo de relieve acantilado y son pruebas de la contracción global del planeta, debido al enfriamiento de su interior que provoca la reducción de su corteza.
La joven edad de los escarpes hace que Mercurio se una a la Tierra como un planeta tectónicamente activo en el Sistema Solar, con nuevas fallas y un enfriamiento lento del núcleo externo todavía caliente, concluyó el coautor del estudio, Thomas Watters.
Washington, 27 septiembre 2016
Crónica Digital / PL