Alfredo Lavergne, es un poeta sin pelos en la lengua, los cercanos dicen que con él no hay medias tintas, tuvimos una conversación hace unos días atrás acompañados de un buen café, sentados en la tranquilidad de la pastelería Crónica Digital, la conversación fue cándida y directa matizando el peso del otoño, a los pocos minutos con su mano temblorosa busca su cajetilla de cigarros, aspira y luego una parte del humo lo envuelve, hablamos de su último libro centrado en el Haikú, además de la porfía cotidiana de ser un socio activo de la SECH.
Cuesta publicar en Chile…
En Chile es difícil y en otros países de Latinoamérica un poco menos, pero atreverse acá con la poesía es terrible, por el aislamiento en que está el escritor y especialmente los poetas, por la distancia artificial que se genera con las editoriales, creada por el momento político que estamos viviendo.
En esas condiciones cuál es el interés de publicar Trescientos Sur Haiku.
Publicar hoy día es como hacerlo hace sesenta años, porque los escritores, específicamente los poetas siempre han tenido el problema de cómo materializar en el objeto libro sus trabajos, en ese sentido la auto-publicación es una vía razonable: Teillier, Alfonso Calderón en sus inicios publicaban doscientos libros. Hoy las ediciones son eso o un poco más, dependiendo del círculo de lectores que rodea a los poetas.
¿Cuántos libros publicaste en Canadá?
Doce, para no decir trece, por el temor a ese número.
¿Esos libros fueron con editorial o auto-publicados?
Para el primer libro tuve la suerte de encontrar las Editions d’Orphée que tenía una subvención del Le Conseil des arts du Canada, allá fue distinto, los poetas tenían un apoyo directo de la política cultural y de artes de ese país.
¿Por qué Haikú?
En mi caso viene del amor a la poesía latinoamericana, europea y francesa en el proceso de indagación que debiera caracterizar a cada escritor. Llegué a la influencia del minimalismo en Latinoamérica, en este proceso recíproco de influencias entre oriente y occidente. El ecuatoriano Alfonso Barrera V., Keroac, Cardenal, Benedetti, de ahí llegué al aporte minimalista de la cultura nipona.
Tienes una mirada distinta a la que se conoce del Haikú tradicional.
Existe un Haiku purista perteneciente a una clase social específica, dedicada a fijar su estética desde el mundo ZEN y la mirada específica de la naturaleza, en ese sentido la versificación debe ser 5, 7 y 5 donde se dé cuenta de la relación del humano con la naturaleza. Sin embargo esa es una mirada, muy difundida y sin duda hegemónica, en mi trabajo de investigación fui hallando la apertura del poeta que recibe la influencia de un hecho tan terrible como la bomba atómica, la píldora anti-conceptiva, la línea de montaje, eso en el contexto de la segunda guerra mundial, pero también de la invasión de Japón a China, eso está en la poesía japonesa. Otra cosa es su difusión, la política de los silencios, de uno u otro espacio cultural, incluso en tiempos de Basho ya estaba instalada, por ejemplo cuando se refiere a “la casa de la noche”, no es una referencia a la naturaleza, sino de los prostíbulos. Otro poeta dice que pagaban sus poemas con dos caquis, hay una referencia natural, pero la esencia del mensaje es la condición paupérrima de la existencia del poeta del Haygyn el que hace poesía, la naturaleza es innegable, pero los acontecimientos sociales también existen, es un tema largo, en la poesía japonesa también está el hombre, el dolor.
¿Por qué estás en la SECH?
Estoy por su historia, es innegable su aporte en la cultura chilena, eso en una mirada de largo plazo como institución, como espacio de reunión y acción de los escritores, no teniendo en el centro su calidad, sino la defensa y proyección del oficio. La Sociedad de Escritores jugó un papel relevante antes del quiebre institucional de 1973, en plena dictadura y también en los años de la posdictadura. Durante la Unidad Popular cumplió un rol relevante en el proyecto cultural de ese entonces, de ahí que fuera castigada, diezmada y sus integrantes perseguidos, amedrentados. Se trata de un espacio, de una construcción organizativa ganada por los escritores de antaño y que los de ahora deberían ayudar a mejorar, bajo las condiciones sociopolíticas actuales y con los desafíos que los nuevos contextos exigirán al mundo de la cultura: especialmente a los escritores.
Los escritores deben desarrollar sus proyectos individuales, la literatura necesita escarbar en la soledad del individuo, pero la importancia del gremio, no es un descubrimiento personal, se remonta a un concepto que no está de moda: la dialéctica. Somos gregarios, estamos en una comunidad de intereses, por eso fui dirigente sindical muy joven, durante la UP. Hoy como escritor mi espacio de organización es la SECH, en ese sentido las luchas colectivas son la base de mi trabajo personal en lo literario.
Eso se traduce en tu candidatura al directorio de la SECH. ¿Cuál es el sentido de esa labor?
Es el pequeño aporte que uno puede entregar desde la acción gremial, cumplí esa función por dos años y voy a la re-elección, pertenezco a un grupo variado de escritores de diversas tendencias, hemos decidido hacer nuestro aporte: desde la fiscalización, desde la inclusión de nuevas ideas, creemos que la diversidad fortalece y no debilita las instituciones, sobre todo a una de tanta tradición como la SECH.
Alfredo en el ámbito de las organizaciones sociales, ¿Hay algo para ti que sea difícil de aceptar o imperdonable?
La corrupción en cualquiera de sus formas, siempre será cuestionable y merecerá en cualquier contexto de mi vida una dura condena, pero la traición cuando se produce, genera una lesión enorme, la felonía debe ser lo más doloroso que un proyecto común pueda soportar, es cosa de mirar nuestra historia reciente.
¿Cómo te gustaría ser recordado?
Primero como poeta, luego como un hombre de trabajo colectivo en las letras y en la calle.
Equipo Crónica Digital
Santiago de Chile domingo 17 de abril 2016
SIENTO QUE ES UN BUEN COMENTARIO QUE HACE EL POETA, LO FELICITO PORQUE HABLA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA REALIDAD, DE LOS ESCRITORES LE AGRADEZCO A DIOS MEDIANTE QUE SALGA ELEGIDO COMO DIRIGENTE DE SECH. SE LO MERECE. PROFESOR ESCRITOR POÈTA CAUQUENINO.