Aunque el invierno parece atemperarse en Chile, decenas de miles de estudiantes hicieron crecer la bola de nieve de las protestas ante la desconfianza por la reforma educacional en debate.
Aunque las marchas en todo el país se desarrollaron de forma pacífica, se registraron incidentes en esta capital cuando encapuchados se enfrentaron a los carabineros (policía), en la zona de la céntrica avenida Ricardo Cummings.
Los proyectos de ley pueden ser letra muerta si no hay voluntad política, reiteró una de las principales líderes de las protestas, Melissa Sepúlveda, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.
Por su parte, otra destacada dirigente estudiantil, Naschla Aburman, de la Universidad Católica, señaló que la idea es demostrar que la inmensa mayoría en Chile desea cambios profundos en el sistema educacional.
El Colegio de Profesores también se sumó a las demandas que exigen una mejora sustancial en la calidad de la docencia en el país transandino, el cese del ambiente de negocios que reina en el sector y la gratuidad en todos los niveles.
Como de costumbre, las cifras de manifestantes se fijaron de forma contradictoria. La policía aseguró que fueron unos 25 mil quienes caminaron por la Alameda hasta el Palacio de La Moneda, mientras los estudiantes estimaron que 80 mil.
En las pancartas podía leerse las principales consignas de rechazo a las medidas mercantilistas que corrompen la educación, y la necesidad de que se convierta en un derecho para todos.
Ricardo Paredes, vocero de la Coordinadora Nacional de Secundaria destacó la relevancia de que el Gobierno entienda que los acuerdos hacia la reforma educacional deben alcanzarse con el movimiento social.
El Gobierno de la presidenta de la República, Michelle Bachelet, insiste en adelantar una profunda reforma en la educación que para economistas y expertos será crucial en una nación presta a un salto enorme hacia el desarrollo.
Las ideas esenciales apuntan hacia un paquete de leyes para acabar con el copago de las familias, el lucro en escuelas subvencionadas, y la selección que segrega a los jóvenes por su origen socioeconómico.
En un intento de aplacar el descontento popular, el ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre repitió que las discusiones en curso son apenas parte de una etapa inicial en el contexto de cambios más completos pero también complejos.
Santiago de chile, 22 de agosto 2014
Crónica Digital