Estambul. Un despliegue policial sorprendente en el centro de esta ciudad turca hace crecer hoy las tensiones en los habitantes de esta urbe, luego del violento desalojo de manifestantes en la plaza Taksim y el parque Gezi.
En cada esquina de las calles que dan a la plaza se encuentran apostados centenares de policías antidisturbios con camiones hidrantes y armados de cápsulas de gases lacrimógenos y gas pimienta, según constó un equipo de Prensa Latina.
Los manifestantes intentan llegar a Taksim, pero las barreras policiales les impiden el paso, y los retienen con los citados armamentos.
En la jornada de este domingo han sido detenidos centenares de personas que desafían el cordón policial para llegar nuevamente a la plaza.
También se habla, por parte de la plataforma de lucha que defiende el parque Gezi, de centenares de heridos, mientras referencias del ministerio turco de Sanidad maneja la cifra de cerca de 40 lesionados leves.
Fuentes médicas han denunciado que el agua lanzada con fuerza brutal a los manifestantes contiene sustancias químicas que provocaban erupciones en la piel y daños a la vista de las personas que son alcanzadas por los potentes chorros.
Este sábado, la policía desalojó de manera violenta a más de mil manifestantes que se encontraban acampados en el parque Gezi y otra cantidad similar que protestaba en la plaza Taksim.
Tras ese hecho, el líder del Partido Republicano Popular, Kemal KılıçdaroÄŸlu, afirmó en un comunicado que el desalojo en Gezi era un crimen de lesa humanidad y que por tanto debería juzgarse a los culpables.
Desde hace 20 días se registran disturbios en ambas zonas, ubicadas en el centro de Estambul, y que tuvieron como detonante la iniciativa gubernamental de destruir el parque y reemplazarlo por un centro comercial.
Con el paso de los días, las demandas de los manifestantes han tomado otro matiz y ya piden, incluso, la renuncia del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, a quien consideran un gobernante autoritario y con la intención de pretender islamizar del país.
Por Pablo Osoria Ramírez
Santiago de Chile 17 de Junio 2013