Una situación, por tanto, podría corregirse con la administración de suplementos a los bebés con deficiencia de esta vitamina, señalan los investigadores de la Universidad de la Columbia Británica en Vancouver, Canadá.
Nuestros hallazgos muestran que el déficit del también llamado retinol tiene, desde una etapa tan temprana como el embarazo, provoca un efecto perjudicial sobre el desarrollo cerebral y efectos a largo plazo que podrían facilitar la aparición de la enfermedad neurodegenerativa en las fases avanzadas de la vida, señaló Weihong Song, líder del estudio.
Como parte de la metodología investigativa, los autores emplearon un modelo animal con ratones al que privaron del necesario aporte de vitamina A durante su desarrollo fetal y sus primeros meses de vida.
Los resultados mostraron en animales con baja carencia de vitamina A de un incremento en la producción de proteína beta-amiloide, responsable de la muerte de las células cerebrales que conduce a la enfermedad.
Tales resultados conllevó a que al convertirse en adultos tuvieron una menor capacidad de aprendizaje y memorización que sus similares con niveles normales de la vitamina.
A juicio de los especialistas, esta relación entre la vitamina A y el alzheimer en un modelo animal es también aplicable a los seres humanos.
De esta manera evaluaron a 330 personas mayores de la ciudad de Chongqing, en China y observaron que hasta el 75 por ciento de los participantes con un déficit leve o significativo de vitamina A sufrían deterioro cognitivo.
Un porcentaje que en el caso de aquellos con niveles normales de la vitamina se estableció en solo un 47 por ciento, describen.
Washington, 28 enero 2017
Crónica Digital /PL