La titular del Congreso de los Diputados, la también socialista Meritxell Batet, confirmó ese día que Felipe VI había propuesto al secretario general del PSOE como candidato a la jefatura del Ejecutivo.
La declaración de Batet tuvo lugar luego de una reunión entre Sánchez y el monarca, quien durante dos jornadas recibió a los dirigentes de las fuerzas políticas con representación en la Cámara Baja para sondear su posición de cara a la investidura.
Asumo con honor y responsabilidad este encargo, subrayó el actual presidente del Gobierno en funciones, quien confesó sentir una enorme gratitud hacia el pueblo español por la confianza expresada en las urnas hacia la centenaria agrupación socialdemócrata.
‘Quiero gobernar desde los valores progresistas que representa el PSOE, hablando con todas las fuerzas dentro de la Constitución’, señaló el secretario general de los socialistas.
Entonces avanzó que iniciaría las negociaciones de este martes con los líderes de Unidas Podemos (UP, izquierda), del Partido Popular (PP, conservadores) y de Ciudadanos (Cs, liberales), por ser las tres formaciones que obtuvieron, tras el PSOE, más respaldo en las urnas.
En su opinión, UP, PP y Cs son las fuerzas que tienen una mayor responsabilidad a la hora de ‘facilitar o bloquear la investidura’.
‘Todos debemos actuar con altura de miras, con enorme dosis de responsabilidad. Yo el primero y les digo que lo haré’, enfatizó Sánchez, quien reclamó a las tres agrupaciones ‘encontrar ese punto de equilibrio’ a partir de las posiciones de cada uno.
Vencedor de los comicios generales del 28 de abril con 123 diputados, el Partido Socialista Obrero Español tendrá que negociar con otras fuerzas políticas en un contexto muy fraccionado, con 17 agrupaciones representadas en la Cámara Baja.
La izquierdista Unidas Podemos, con 42 escaños en el Congreso, está dispuesta a darle sus votos, pero a cambio de entrar en un futuro gabinete, una opción rechazada hasta hora por los socialdemócratas, quienes prefieren una administración monocolor.
‘Sería lo más sensato que en España hubiera un Gobierno de coalición progresista, que garantice la estabilidad política en los próximos cuatro años’, subrayó el máximo dirigente de UP, Pablo Iglesias.
Según Iglesias, un ejecutivo en solitario de Sánchez sería perjudicial para España, porque buscaría el apoyo de la derecha a lo largo de la legislatura, e incluso para la Unión Europea, a cuyas políticas de gobernanza neoliberal achacó la crisis del proyecto comunitario.
Santiago de Chile, 11 de junio 2019
Crónica Digital /PL