La normalidad es la tónica de la jornada electoral, a la que están convocados casi 37 millones de españoles para elegir a los 350 diputados y 208 senadores que integrarán las Cortes Generales (Parlamento bicameral), subrayó Oliver.
Estos comicios, considerados los más disputados e imprevisibles desde la restauración de la democracia en 1977, dejarán una mayor fragmentación parlamentaria, lo que, según vaticinan las encuestas, complicará la gobernabilidad.
De confirmarse esa premonición, ninguno de los cuatro principales partidos con representación en el Parlamento conseguirá la mayoría suficiente, por lo que una vez más serán imprescindibles los acuerdos para evitar el riesgo de bloqueo político.
Una situación que ya ocurrió en la justa de 2015, que debió repetirse en junio de 2016 precisamente por la incapacidad de la clase dirigente para alcanzar la concertación que requería el momento.
Para elegir al próximo presidente del Gobierno de España se necesitan 176 (mayoría absoluta) de los 350 escaños del Congreso de los Diputados, la Cámara Baja de las Cortes.
Las legislativas de hace poco más de tres años marcaron la ruptura del bipartidismo sustentado durante varios decenios en dos grandes partidos, el Socialista Obrero Español (PSOE, socialdemócratas) y el Popular (PP, conservadores).
La inestabilidad que comenzó entonces pudiera agudizarse a partir de mañana con la previsible entrada en el Congreso del partido de extrema derecha Vox.
Todos los sondeos sitúan al PSOE del actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como primera agrupación en la estratégica Cámara Baja, pero sin la hegemonía para formar gabinete con sus propias fuerzas.
Detrás se ubicarían, el conservador Partido Popular, el liberal Ciudadanos y Unidas Podemos -alianza progresista integrada por Podemos, Izquierda Unida y otros partidos, que de esa manera perdería su condición de tercera agrupación política lograda en 2016.
Como novedad, los estudios demoscópicos indican que Vox conseguirá por primera vez representación parlamentaria a nivel nacional, lo que fragmentaría aún más la composición del Parlamento.
Supondría el regreso de lleno de la ultraderecha, sin presencia sustancial en España desde la muerte del dictador Francisco Franco en 1975.
Luego del cierre de los más de 23 mil centros de votación, fijado para las ocho de la noche, se conocerán los sondeos a pie de urna, mientras que los resultados oficiales parciales llegarán aproximadamente tres horas después.
Crónica Digital /PL