Un comunicado del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) destacó que las investigaciones muestran cómo el calentamiento global provoca sequías más duraderas, como los períodos secos sin precedentes actuales de África oriental y el oeste de Estados Unidos.
Asimismo, advirtió que más de un tercio de la población mundial vive en regiones con escasez de agua mientras ocurren inundaciones cada vez más severas, como se vio recientemente en India y Bangladesh, con consecuencias nefastas para los agricultores.
Por otra parte, apuntó, el uso excesivo de las aguas subterráneas combinado con el aumento del nivel del mar inducido por el cambio climático, puede provocar que la sal penetre en los acuíferos presentes bajo la superficie de las regiones costeras.
Esto puede dañar los cultivos y sus rendimientos y afectar los suministros de agua potable, enfatizó el Pnuma.
Según informó, alrededor de una décima parte de los ríos del mundo se ven afectados por la salinidad.
Además, en algunas áreas áridas, se reporta un aumento en la cantidad de aguas residuales utilizadas para cultivar.
En ese caso, los patógenos presentes pueden causar cólera o diarrea, aunque los agricultores a menudo no son conscientes de esas posibles consecuencias, remarcó.
Reveló igualmente cómo la humanidad ha alterado más del 70 por ciento de la superficie terrestre de la Tierra, causando lo que el informe Global Land Outlook denominó “degradación ambiental sin precedentes”.
En pos de revertir la situación el organismo recomendó adoptar el riego por goteo y otros medios para aumentar la eficiencia en el uso del agua, lo que a su vez constituye un objetivo dentro de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible
Otro enfoque que puede ayudar, ahondó, y es la gestión mejorada de los recursos hídricos.