Por Patricio Hales: El rol de las FF.AA. en la nueva Constitución

Por Patricio Hales

No hay que pedirle a  las FFAA  que  deliberen politicamente decidiendo si acatan o no las reglas políticas constitucionales. No están invitadas al debate político. No es por desprecio sino porque tienen el privilegio exclusivo  de las armas. Politicamente están en una posición institucional de prescindencia porque  son el cuerpo armado que sirve al Estado para la Defensa y  no les corresponde decidir  la política. Su rol es  defender  la soberanía y preservar la integralidad  territorial. La sociedad les da recursos y el derecho a usar las armas, por eso es ella la que   fija su razón de ser. Los militares ofrecen hasta su propia su vida y con razón se sienten orgullosos de hacerlo. Pero su papel es la Defensa y no militarizar el orden interno. Sin embargo no siempre cumplieron. Por eso hay comprensibles resentimientos cuando se habla de las FFAA  pensando en la Nueva Constitución.

Varias veces en la historia, los militares asumieron un rol político interno. La última , en 1973, sirvieron a la derecha, con tal horror que, desde sus propias filas, llegó el arrepentimiento: “Nunca más” dijo oficialmente  el Comandante en Jefe General don  Juan Emilio Cheyre. Pero el compromiso político con que afirmaron la dictadura por 17 años, deformó la comprensión de ellos y del pueblo respecto de su rol. Por esto, una parte del debate público mezcla emociones negativas antimilitares junto con las necesidades objetivas de  Defensa de Chile. Necesaria, porque mientras los seres humanos y los países, no tengamos como costumbre el respeto mutuo, existe la amenaza de conflicto de fuerza. Y eso, por ahora, requiere fuerza armada del Estado. La Nueva Constitución debe consagrar con claridad la necesidad de la Defensa, que comienza por las RREE y  para que son    las FFAA. Una  legislación establecerá el cumplimiento de las tareas profesionales militares. Pero es una definición   política no técnica.

El Estado siempre oprime, conforme a las normas que establece. Aunque lo haga democráticamente, manda, prohíbe o permite. La igualdad no es pura, es igualdad ante la ley. Pero el Estado dictatorial de cualquier color  político, oprime con las FFAA,  aunque  se disfrace de apolítico, en dictadura las FFAA toman partido  polític. El recurso de todas la dictaduras, de izquierda y derecha  es militarizar la política y siempre  aureoladas en nombre del pueblo.

Aunque sea obvio, hay que tener presente que  la Constitución que rige en Chile, establecida por   la Dictadura de derecha desde 1980 , es antidemocrática. Su  non plus ultra lo representó su artículo 90 diciendo  que “las Fuerzas Armadas…….garantizan el orden institucional de la República”. Les encomendó intervenir la democracia. El artículo  remplazado, quince años después de la reconquista de la democracia,  “en la medida de lo posible”, le eliminó   la calidad  de garantes democráticos que la derecha le consagró constitucionalmente a quienes tenía el monopolio de las armas. La Nueva Constitución  y las leyes que devengue, tienen  la oportunidad de precisar el  rol de la FFAA  en un Estado democrático, entendiendo que el  primer recurso de la defensa es una buena  política de relaciones exteriores. La guerra es el fracaso de la política.

En los Estados dictatoriales, de derecha o de izquierda y varios similares a  los que yo defendí cuando era militante comunista, en esas dictaduras,  las FFAA  son la fuerza  que  asegura el Estado y reemplaza  al pueblo sin democracia. Chile, al  hacer su Nueva Constitución reemplazando la de la Dictadura, revive  las emociones de sufrimiento que   suelen  nublar el pensamiento del debate. Asumo  que   en los constituyentes y  legisladores no habrá  un antimilitarismo, porque la Defensa del país requiere de las FFAA.

Un Estado democrático tiene FFAA no deliberantes porque estas creen en las decisiones del soberano; obedecen a  su  pueblo y no a dictadores. No deliberar no significa no pensar, sino FFAA comprometidas, con orgullo, de no asumir el papel dirimente de las adversidades políticas ni ideológicas que vive su pueblo. Militares no deliberantes significa seres  pensantes, convencidos intelectual y emocionalmente  que es la democracia y  no las armas decide quien conduce  el Estado. La no deliberación de las  FFAA no es una humillación sino el honor  de ser un recurso del soberano, del pueblo que se expresa en democracia  eligiendo sus gobiernos, del color que quiera.

Porque la soberanía no reside en la nación, como dijo abstractamente la constitución del 80, sino en el pueblo. Las FFAA que respetan  el mando  democrático reciben el cariño de su pueblo y las armas en derecho exclusivo, porque juran, “servir fielmente a la patria hasta rendir la vida si fuera necesario”…y  “cumplir conforme a las leyes y reglamentos vigentes”. Por eso son parte de  la Defensa y no un poder aparte en la Constitución.

El orden interno es rol policial y la disputa política en democracia la resuelven las elecciones. Y a diferencia  como pasa en los Estados totalitarios, los gobiernos nunca los deben  decidir  las FFAA.

El compromiso militar que causó tantos  sufrimientos en  la dictadura chilena, las violaciones de DDHH, la colusión en el desmantelamiento  del Estado, las corrupciones, los delitos y otros roles asumido por las FFAA, actualmente avanzan en la Justicia  y en el  debate público, pero  no se resuelven  destruyendo o debilitando las  capacidades de la Defensa  de Chile.  Usar  el antimilitarismo  como venganza contra el  pasado cercano  antidemocratico de las FFAA, no las hace más democráticas y exacerba emociones negativas. El antimilitarismo   impide el pensamiento sereno que  debe guiar  la Nueva Constitución y  la leyes para establecer el rol de lo militares en democracia. Los militares son parte de Chile. La N.Constitución les fijará condiciones de su rol con respeto  y ellos  por su parte la obedecerán con amor a  la democracia, con orgullo de soldado, dejando en el pedagógico recuerdo lejano su otra historia de la cada uno va respondiendo y que Cheyre ya selló.

La tarea  de establecer su rol, democráticamente, es tarea civil.

Por Patricio Hales

Santiago de Chile, 17 de junio 2021
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