Yo sé que resulta tentador sacar parte de los fondos de la AFP para sortear la angustia de esta dura crisis económica gatillada por el Covid-19. Y especialmente con las millonarias pérdidas que han experimentado los diferentes fondos. Yo sé que también me dirán, “pero diputado, los fondos pertenecen a cada afiliado y yo veré qué hago”. Otros me dirán “!y cómo ahora en el Perú pueden hacerlo y nosotros no!”
Sin embargo, me parece incorrecto echar mano a esos recursos, porque puede convertirse en un tremendo autogol: Empeorar aún más las indignas pensiones. Puede ser pan para hoy, pero hambre para mañana. Paso a explicarlo, aunque resulte impopular.
Lo primero que quiero aclarar es que el miércoles pasado no se votó en la sala de la Cámara de Diputados y Diputadas un proyecto de ley que faculta el retiro de los fondos previsionales. Lo que se hizo fue un paso muy previo antes de tramitar un proyecto: votar si la moción parlamentaria es o no admisible, es decir, si la iniciativa cumple o no los requisitos constitucionales para ser tramitada. La mayoría la declaró inadmisible. Yo me abstuve porque no soy un convencido que sea la mejor herramienta de ayuda.
Más allá de la formalidad legislativa, voy al fondo del tema. Lo que me interesa es terminar con el sistema de AFP y entregar pensiones dignas. Si hoy se retira la plata es el propio trabajador quien con su dinero pagará el costo de la crisis. Creo que la ayuda a los y las trabajadoras debe financiarla el gobierno y no el propio trabajador. Por eso estamos luchando.
Hasta sería más coherente sacar la plata de la AFP y pasarla a un ente estatal o público. Incluso, gastársela en una enfermedad catastrófica, pero no en pagar una crisis donde lo clave es la ayuda del Estado. Sé que en Perú el gobierno acaba de decretar la opción de retirar hasta 2 mil soles, unos 500 mil pesos chilenos. Pero insisto, no creo que sea la mejor opción.
Estoy convencido de que si existe real preocupación por los trabajadores se debe legislar para que el retiro de fondos provenga de las ganancias de las AFP y no de los ahorros de los cotizantes. Al respecto se debiera crear un fondo para enfrentar la emergencia social.
A modo de propuesta también considero que debe ser el gobierno y los más ricos quienes deben financiar la ayuda social por la emergencia. Por ejemplo, aplicar un impuesto al 1% más rico y a las 10 mayores fortunas personales de Chile, entre ellas, la del Presidente Sebastián Piñera. Un camino similar están llevando adelante un grupo de diputados argentinos junto al Mandatario trasandino Alberto Fernández.
En época de crisis hay que tener mucho ojo y oído, porque abundarán los cantos de sirenas. El remedio puede ser peor que la enfermedad.
Diputado Daniel Nuñez
Santiago de Chile, 17 de abril 2020
Crónica Digital