Con miradas diametralmente opuestas en temas tales como el aborto, la economía, las relaciones internacionales y encontronazos entre algunos candidatos, se vivió el primer debate presidencial argentino, camino a las elecciones del 27 de octubre.
Los seis aspirantes a dirigir los destinos de este país por los próximos cuatro años tuvieron su primer cara a cara en un debate televisivo obligatorio, de dos pactados, desde la Universidad Nacional de El Litoral, donde hubo candentes exposiciones de un lado y otro.
El Presidente Mauricio Macri (Juntos por el Cambio) defendió lo hecho hasta ahora en los temas expuestos en tanto Alberto Fernández (Frente de Todos), Nicolás Del Caño (FIT), Juan José Gómez Centurión (Frente NOS), José Luis Espert (Frente Despertar) y Roberto Lavagna (Consenso Federal), presentaron sus propuestas y refutaron con fuerza al Primer Mandatario.
“Hace cuatro años hubo otro debate en el que alguien mintió mucho y el que mintió es el que quiere ser Presidente… Yo vengo a decir la verdad”, dijo en su arranque el principal rival de Macri en las urnas, Alberto Fernández, favorito en las encuestas.
Mientras Del Caño apostó porque la actual deuda generada la paguen quienes arrastraron al país a la crisis que vive hoy, el candidato Lavagna llamó a levantar una economía hoy paralizada y Centurión y Espert dejaron su clara mirada en cuanto a la economía.
Como era de esperar este fue uno de los cuatro temas más duros del primer round de debate, con reproches a las políticas de ajuste del actual gobierno.
Macri se defendió aludiendo que Argentina hace décadas que arrastra una economía desordenada y señaló que pensó que iba a ser más simple ordenarla tras insistir que la carga ha sido muy grande y ha caído en la clase media pero el esfuerzo no fue en vano porque “estamos mejor, en un punto de partida para empezar a crecer”.
Acechante, Fernández apuntó contra Macri por lo que consideró un fracaso en economía y subrayó que cuando termine el mandato dejará cinco millones de pobres, que asumió en 2015 con una deuda externa del 38 por ciento y hoy es del 100 por ciento.
Macri arguyó que dos de cada tres pesos fue para pagar deuda que recibió del gobierno anterior a lo que Fernández a su turno le respondió: “No sé en qué país vive”.
“De los 39 mil millones de dólares que nos dio el Fondo Monetario InternacionaI (FMI) se fugaron 30 mil millones. Esos dólares no están en puentes ni en viviendas, se los llevaron sus amigos, Presidente. Es hora de que deje de mentir”.
Otro de los que fustigó la política económica del actual mandatario fue Del Caño, quien señaló que llegó prometiendo pobreza cero y se va con cuatro millones de pobres más.
A su turno, el exministro de Economía Roberto Lavagna, candidato de Consenso Federal, llamó a poner en marcha la economía, defender el consumo y cerrar esa brecha “entre lo que el país puede ser y lo que es”, en tanto Centurión defendió el rol de las pymes.
Uno de los temas más controversiales fue el de las relaciones internacionales. Mientras Macri y Espert llamaron “dictadura”, al gobierno de Nicolás Maduro, Fernández y Del Caño dejaron claro que los asuntos internos de ese país deben resolverlo los venezolanos.
Este último cedió parte de su tiempo y pidió un minuto de silencio por las víctimas de las protestas en Ecuador.
Temas coincidentes en Malvinas, territorio usurpado por el Reino Unido, estuvieron sobre el tapete al igual que el Mercosur, discrepantes para unos, con la defensa de Macri al nuevo acuerdo con la Unión Europea.
Fernández criticó al mandatario por su alusión a la vuelta de Argentina al mundo: “Me impresiona cuando dice las cosas que dice, Presidente. Las relaciones internacionales no son sacarse fotos con líderes. Pasaron siete semestres, y no entró un solo centavo de esas potencias”.
Puntos espinosos fueron lo referido a educación y salud, y derechos humanos e igualdad de género, donde se vio posiciones discordantes en cuanto al aborto.
Casi al cierre el Presidente–candidato endureció su discurso en contra del kirchnerismo –el brazo político representado en la figura de Néstor Kirchner y Cristina Fernández–, y subrayó que cuatro años es “muy poco tiempo” para arreglar la economía y pidió a los argentinos acompañar su proyecto.
“Nos hemos caído muchas veces, es hora de que no nos pase más. Estoy seguro de que entre todos y todas podemos cambiar Argentina y ponerla de pie. Yo sé que cuento con ustedes. Cuenten conmigo”, así cerró su presentación su principal rival.
El primer debate dejó un saldo para muchos de lo que se avecina en unas elecciones donde los argentinos tendrán principalmente que elegir dos modelos muy distintos que marcaron la pulseada del debate. Seguir apoyando el presente, o dar vuelta de tuerca a la página: ese será el reto para los casi 34 millones de personas habilitadas para votar.
Buenos Aires, 14 de octubre 2019
Crónica Digital / Prensa Latina.