Por primera vez, la evaluación negativa del Gobierno del Presidente brasileño, Jair Bolsonaro, sobrepasó la positiva, según datos divulgados por una investigación de XP Investimentos/Ipespe (corredora de valores).
De los entrevistados, un 36 por ciento evaluó al Gobierno como malo o pésimo, mientras que un 34 lo clasificó como óptimo o bueno.
En comparación con la última edición de la encuesta, divulgada hace dos semanas, la evaluación de malo o pésimo subió un cinco por ciento. La de óptimo o bueno cayó uno.
Solo un 4 por ciento de los interrogados respondió que resulta satisfactorio el progreso de la agenda del Gobierno en el Congreso, mientras que el 85 juzgó que el ritmo es lento.
Del total, el 57 por ciento manifestó que las protestas del 15 de mayo contra los cortes en la Educación tuvieron importancia, ante un 38 que respondió no.
Cuando se les preguntó si las manifestaciones ocurrirán nuevamente, el 86 por ciento afirmó que sí.
Entre el 20 y 21 de mayo, se realizó consultas a mil brasileños.
Según William Nozaki, profesor de Ciencia Política y Economía de la Fundación Escuela de Sociología y política de Sao Paulo (FespSP), el Gobierno brasileño pasa “por una corrosión acelerada de la base electoral y social, del apoyo de los partidos y de las fuerzas políticas institucionales, y también del mercado”.
Con menos de cinco meses en el poder, Bolsonaro enfrentó varias movilizaciones sociales, en particular la multitudinaria del sector educacional por recortes de fondos, la falta de articulación en el Congreso, un mercado reticente y escándalos de corrupción que involucran a su familia.
Con todo eso y un poco más, el impeachment (proceso de destitución) se discute como una posibilidad para el político de extrema derecha que asumió la presidencia el 1 de enero.
Brasilia, 25 de mayo 2019
Crónica Digital / Prensa Latina.