La visita a la ONU del secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, vuelve a destapar hoy interrogantes que desde hace tiempo genera la actuación de Estados Unidos en la organización, tras retirarse de importantes mecanismos multilaterales.
Aun así, la administración de Donald Trump se mantiene escéptica ante los pasos de la RPDC y recurre una vez más a la coacción y la amenaza.
En una declaración a la prensa, el secretario de Estado norteamericano abogó por seguir con el cerco económico a Corea del Norte e insistió en mantener las sanciones.
De acuerdo con Pompeo, la RPDC ha realizado durante los últimos meses operaciones comerciales de forma ilegal y puede que lo siga haciendo, dijo.
A su juicio, hay que mantener la presión contra Pyongyang para garantizar que cumpla su promesa: no aplicar correctamente las sanciones podría reducir las posibilidades de éxito, aseveró.
Por su parte, la representante permanente de Estados Unidos ante la ONU, Niki Haley, consideró que las sanciones son la única forma de mantener a la RPDC en el camino de la desnuclearización.
La embajadora estadounidense también se refirió a que algunos países quieren ponerle fin a esas sanciones, pero no lo permitiremos, apuntó. En tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU analiza la posibilidad de cuáles restricciones podrían mantenerse y cuáles no.
Estados Unidos hace lobby y presiona, recurre a la ONU cuando lo necesita en función de sus intereses, y critica y abandona a la organización multilateral cuando no se ajusta a sus demandas.
Así lo hizo recientemente al retirarse del Consejo de Derechos Humanos, bajo el pretexto de que allí existe un ‘prejuicio crónico’ contra Israel. Casualmente, el anuncio ocurrió pocos días después de que esa instancia de la ONU criticara duramente a Washington por separar a las familias migrantes.
En esa oportunidad, Pompeo mencionó el resguardo de los intereses de su país como uno de los motivos del abandono estadounidense.
La salida del Consejo de Derechos Humanos fue otra de una serie de medidas aislacionistas de la Casa Blanca, como la retirada del Acuerdo de París sobre cambio climático, el Pacto mundial sobre migración y el acuerdo nuclear de Irán.
Todo esto ha hecho en menos de dos años el Gobierno de Donald Trump, un presidente que realiza pesadas críticas contra la ONU y amenaza con disminuir aún más los fondos destinados a la organización multilateral, cuya sede principal está ubicada en Nueva York.
De hecho, recortó drásticamente su financiamiento a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestino, lo cual dejó al borde del colapso a ese programa de asistencia.
Las relaciones del país anfitrión y Naciones Unidas han sido un poco tirantes y marcadas por el abandono de la nación norteña, que incluso decidió salirse de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Pero desde su posición privilegiada en el Consejo de Seguridad, donde posee derecho al veto por ser uno de los cinco miembros permanentes, intenta manejar a su conveniencia los hilos de la geopolítica.
‘Estados Unidos exprime lo que puede del sistema multilateral y cuando agota los beneficios de ello, entonces toma acciones unilaterales violatorias del derecho internacional’, señaló en una ocasión a Prensa Latina el representante permanete de Bolivia ante Naciones Unidas, Sacha Llorenti.
En lugar de detener el desarrollo de un conflicto, utiliza al Consejo en función de justificar agresiones e invasiones, bajo pretextos de lucha contra el terrorismo o guerra preventiva, denominación está última que no figura en los documentos rectores de la ONU.
Llorrenti destacó cómo esos actos han provocado grandes crisis en términos de seguridad y de condiciones humanitarias, como ocurrió con la decisión de invadir Iraq y de intervenir en Libia.
Además, el veto de Estados Unido impide avanzar en temas pendientes que datan del mismo periodo de fundación de la organización multilateral, como sucede con la cuestión palestina.
De cierta forma, Israel cuenta con derecho al veto a través de uno de los miembros permanentes: Estados Unidos, quien ha bloqueado las resoluciones que abordan el tema.
Cuando no puede conseguir el apoyo del Consejo, Estados Unidos suele llevar adelante acciones unilaterales, ya sean agresiones o programas para impulsar el intervencionismo o políticas de cambio de régimen, sin tomar en consideración las normativas del derecho internacional o la Carta de la ONU.
Incluso, en las sesiones de la Asamblea General ha advertido publicamente que toma nota y hace listas de los países que se oponen a sus proposiciones y nos los apoyan.
Naciones Unidas, 21 julio 2018
Crónica Digital /PL