Salvador Allende fue el primer presidente socialista de Chile y su legado de ponderar los intereses nacionales, junto con la independencia y soberanía, lo convirtieron en figura ilustre de su país.
Sin dejar pasar a no pocos detractores del ala más conservadora de la nación sudamericana, Allende es venerado cada año tanto ahora, en ocasión del 110 aniversario de su natalicio, como el 11 de septiembre.
Médico cirujano y presidente constitucional de Chile desde el 3 de noviembre de 1970 hasta su muerte, cuando fue desbancado del poder por el sangriento golpe de estado de Augusto Pinochet, es aún un punto de referencia del país.
El Museo de la Solidaridad Salvador Allende, que promueve un homenaje especial al ex mandatario, surgió en 1971 y fue conformado como un espacio que se nutrió de donaciones de artistas internacionales para Chile.
Tuvo hasta la asonada golpista de 1973 el nombre de Museo de la Solidaridad; luego cambión a de La Resistencia Salvador Allende hasta 1990 y cambió a su nombre actual en 1991.
El diario de la Universidad de Chile y la emisora radial, junto con Radio Nuevo Mundo, reprodujeron hoy un artículo del conocido doctor en ciencias políticas y escritor argentino Atilio Borón.
Borón calificó a Allende de hombre de inconmovibles convicciones socialistas, que “no demoró un segundo en aplicar el programa de la Unidad Popular, adoptando trascendentales medidas como la nacionalización de las riquezas básicas de Chile.
La gran minería del cobre, hierro, salitre, carbón y otras, en poder de empresas extranjeras y de los monopolios nacionales, fueron nacionalizadas por el entonces gobernante.
Además, resaltó, Allende nacionalizó casi la totalidad del sistema financiero del país: la banca privada y los seguros, adquiriendo en condiciones ventajosas para la mayoría accionaria de sus principales componentes.
“El asesinato del general constitucionalista René Schneider, poco antes que el Congreso Pleno ratificara su triunfo, fue apenas el primer eslabón de una tétrica cadena que con la dictadura de Pinochet sembraría muerte y destrucción en Chile“, anotó.
En otra parte de su análisis, Borón resaltó la permanente solidaridad de Allende con la Revolución Cubana y con todas las causas emancipadoras de la época, antes y después de asumir la presidencia.
“El desafío que planteaba el médico chileno: la construcción de un socialismo “con sabor a vino tinto y empanadas”, precursor del socialismo del siglo XXI, era visceralmente inaceptable para Washington y merecedor de un ejemplar escarmiento”, remarcó.
Allende nació en Valparaíso el 26 de junio de 1908. Su hija Isabel es senadora de la República, y su nieta Maya Fernández, presidenta de la Cámara de Diputados.
Santiago de Chile, 27 de junio 2018
Crónica Digital /PL