El especialista en transporte y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Juan Pedro Sepúlveda, afirma que los nuevos tags en el tramo Santiago-Los Vilos no eran la única alternativa para financiar el mejoramiento de la vía. En lugar de esta medida, que provocó la protesta de vecinos de Lampa esta mañana, el Ejecutivo podría haber ofrecido a la empresa la extensión de los años de concesión. Sin embargo, el académico estima que en este momento la decisión es prácticamente irreversible, ya que está definida por contrato. “El problema es que el usuario se siente pasado a llevar, y tampoco se le dan alternativas adecuadas para el uso de esas autopistas, como que el Transantiago llegue a esa comuna”, afirma.
Un grupo de vecinos de la comuna de Lampa protestó esta mañana contra la instalación, el próximo año, de ocho tags en la Ruta 5 Norte, vía que se mantiene en obras de mejoramiento. Aunque la autoridad plantea la opción de las caleteras, que podrán ser usadas sin ningún costo, los manifestantes reclaman que el transporte público rural subió a $1.100 en noviembre y se espera una nueva alza este mes. La alcaldesa de la comuna, Graciela Ortúzar, sostuvo que desde 2014 que vienen exigiéndole al Gobierno que cumpla el compromiso de plantear mitigaciones por la instalación de estos nuevos pórticos, sin resultados.
Para el experto en transporte y logística y académico del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Santiago, Dr. Juan Pedro Sepúlveda, los términos del contrato podrían haber sido mejor negociados entre el Gobierno y la empresa concesionaria, a fin de que esta última mejorara la vía. Por ejemplo, indica que el Ejecutivo podría haber negociado, a cambio de la instalación de nuevos pórticos, extender el plazo de la concesión. Por eso, rechaza que los tags, que según el MOP comenzarían a cobrarse en marzo, fueran la única alternativa para llegar a acuerdo.
El académico considera que otra manera de darles alternativas económicas a los habitantes de Lampa, para acceder al centro de Santiago, habría sido que el Transantiago llegara hasta la comuna, algo que actualmente no sucede.
“El problema es que el usuario no se siente escuchado, sino pasado a llevar, y que no se le dan alternativas adecuadas para el uso de esas autopistas”, afirma. “En el tema de las concesiones, no se toma muy en cuenta a los usuarios y las implicancias que un proyecto tiene sobre su economía y tiempos de traslado. Esto debiera incluirse a futuro”, agrega.
Sin embargo, el especialista considera que revertir la decisión de instalar estos nuevos pórticos en el tramo Santiago-Los Vilos “es bastante difícil”. “Lo único que se puede hacer es apelar a la buena voluntad de la concesionaria, pero eso dependería directamente de ellos. Lo otro es desconocer el contrato, lo que tiene implicancias mucho más complejas y abre la puerta a otros problemas”, sostiene.
Finalmente, el Dr. Sepúlveda concluye que “a futuro, sí se deben revisar bien cuáles son los términos de los contratos porque, dado el alto nivel de ganancias que tienen las concesionarias, quizá esas inversiones no deberían tener un pago extra”.
Santiago de Chile, 15 de diciembre 2017
Crónica Digital /usach.cl