Un mes después de que estallaran las protestas populares en Chile, continúan ayer las manifestaciones en numerosas ciudades convocadas por el movimiento Unidad Social y diferentes organizaciones.
Bajo el lema Esto no ha terminado, la Unidad Social llamó a realizar concentraciones a todo lo largo del país para demostrar el rechazo al denominado “acuerdo por la paz y una nueva constitución” firmado el viernes último por partidos de derecha y parte de la oposición con la aquiescencia del gobierno de Sebastián Piñera.
A tono con ese llamado, miles de personas se congregaron una vez más y de forma pacífica en la Plaza de la Dignidad (Baquedano) centro de las protestas populares durante estos 30 días.
Otros muchos marcharon por la Alameda, la principal arteria de esta capital, que fue cerrada al tráfico y donde en varios puntos fuerzas especiales reprimieron a grupos de manfestantes con el carro lanza agua.
Durante el día se realizaron en diferentes puntos de la capital manifestaciones de estudiantes y vecinos en las comunas (municipios) de Puente Alto, San Joaquín y Santiago Centro, entre otras, donde fueron dispersados por carabineros en enfrentamientos.
Las fuerzas especiales emplearon gases lacrimógenos, chorros de agua y escopetas de balines de goma, cuyo uso ha sido denunciado por entidades médicas y de derechos humanos, porque los balines contienen un 80 por ciento de plomo y otros componentes metálicos que los hace mucho más letales.
En las protestas sobresalió el rechazo al pacto partidista para una nueva Constitución, que el movimiento social critica por haber sido instrumentado a sus espaldas.
También insistieron en las denuncias a los atropellos a los derechos humanos y numerosos manifestantes marcharon vestidos de negro y con uno de sus ojos vendado, como denuncia de los más de 200 casos de personas que han sufrido graves lesiones en sus ojos al ser impactadas por perdigones, balines y bombas lacrimógenas.
Los manifestantes exigieron también la renuncia del general jefe de Carabineros, Mario Rozas, por la represión desmedida de que han sido víctimas muchos manifestantes pacíficos.
Asimismo denuncian que mientras la represión violenta persiste, el gobierno y medios de comunicación llevan a cabo una campaña supuestamente a favor de la paz y de criminalización del movimiento social, al cual culpan de los saqueos y desmanes que se han cometido desde el pasado 18 de octubre.
Prensa Latina conoció que también en la sureña ciudad de Concepción alredeor de 15 mil personas marcharon por las principales calles exigiendo una Asamblea Constituyente con una genuina representación del movimiento popular.
Por su parte, los gremios del sector público anunciaron un paro de 48 horas a partir de mañana, para exigir que el gobierno responda a sus demandas de mejor distribución de recursos, reajuste salarial, condiciones laborales y seguridad social dignas, educación, formación y superación, entre otras.
Santiago de Chile, 19 de noviembre 2019
Crónica Digital /PL