La investigación ofreció dos posibles escenarios, en el primero no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y la temperatura global aumenta unos tres grados hasta mediados de siglo.
En ese caso el nivel de ozono sería un ocho por ciento superior al de la segunda teoría, en la cual hay una reducción moderada de las emisiones y la temperatura aumenta en dos grados.
Las regiones más afectadas serían las que tienen mucha industria, las grandes ciudades y el sur de Europa, reconoció el texto.
Dicha fuente subrayó que el ozono sigue siendo un problema medioambiental grave en Europa, por lo cual en muchos países existen leyes para reducir las sustancias precursoras del gas.
Esos componentes son principalmente óxidos de nitrógeno y de sustancias orgánicas volátiles procedentes en gran medida del tráfico de vehículos y de los disolventes industriales.
Además de redoblar los esfuerzos para reducir esas sustancias precursoras del ozono, los académicos instaron a bajar la concentración global de metano, gas generado por la ganadería, la gestión de deshechos, el tratamiento del agua y la agricultura, entre otras actividades.
Londres, 3 de agosto 2017
Crónica Digital /PL