‘Como presidente, no puedo permitir gente en nuestro país que quiera hacernos daño. Quiero gente que pueda amar a Estados Unidos y a todos sus ciudadanos, y que sea trabajadora y productiva’, agregó sobre su polémica orden ejecutiva del pasado 6 de marzo.
El decreto del mandatario busca impedir por 90 días la entrada de personas provenientes de naciones mayoritariamente musulmanas -Irán, Siria, Libia, Sudán, Yemen y Somalia- y por cuatro meses la llegada de refugiados de cualquier nacionalidad.
La máxima instancia judicial norteamericana no había decidido formalmente tomar el proceso presentado por la administración, pero informó este lunes que ‘la revisión ha sido garantizada’.
De ese modo, el panel de nueve jueces deberá determinar si el veto de Trump resulta legal, luego de que tribunales de distrito y de apelaciones fallaran contra la orden y la bloquearan a nivel nacional, al considerar que con ella se discrimina por motivos religiosos y se exceden los poderes presidenciales.
El examen del caso se realizará durante el próximo término judicial de la corte, previsto desde octubre próximo hasta junio de 2018.
La tribunal determinó que mientras decide sobre el caso, dentro de 72 horas comenzará a impedirse el arribo a esta nación de viajeros de los seis territorios incluidos en la directriz que no tengan familiares en Estados Unidos, o que carezcan de un vínculo laboral o de estudios.
Según medios locales, en su declaración Trump celebró erróneamente que la determinación de los magistrados fue unánime, con nueve votos a favor.
Pero el diario Huffington Post aclaró que la decisión fue ‘per curiam’, lo cual significa que no estaba firmada por ningún juez en particular.
Aunque algunas fuentes consideran que la aplicación de una parte de la prohibición de viajes no provocará el caos de enero pasado, cuando el presidente firmó una orden original más restricta que la de marzo, otras estiman que su puesta en práctica sí traerá problemas.
Para el analista legal de la cadena CNN Page Pate, será un dolor de cabeza extremo pensar en cómo la gente en la frontera, en los aeropuertos, tomará la decisión de quién entra o no al país.
Washington, 26 junio 2017
Crónica Digital /PL