El espaldarazo por mayoría de la comisión de Salud de la Cámara de Diputados de Chile a un proyecto de ley sobre aborto terapéutico mantuvo la polémica, pese a voces y encuestas que lo favorecen ampliamente.
De forma mordaz, el sociólogo Manuel Antonio Garretón comentó a Prensa Latina que si los sondeos revelan un apoyo enorme de la población (más del 70 por ciento), la élite política de Chile se arroga el derecho de decidir por los demás.
En todo caso, la comisión aprobó la idea de legislar el proyecto que favorece el aborto en casos de violación, inviabilidad del feto y peligro para la vida de la madre. Ocho votos a favor y cinco en contra.
Una vez más el boicot vino de los partidos de oposición, sumados a una campaña junto con la Conferencia Episcopal bastante parecida a los métodos de la inquisición, como consideró la doctora Helia Molina.
Molina, ministra de Salud en el Gobierno de Michelle Bachelet hasta que fustigó la hipocresía de la sociedad chilena y de las clases pudientes con el tema del aborto, calificó la campaña de manipuladora.
La extensa reunión de los diputados hasta apenas unas horas terminó por respaldar una de las iniciativas de Bachelet, aunque todavía la legislación es un proyecto y su aprobación puede dilatarse bastante.
El presidente de la comisión, Juan Luis Castro (Partido Socialista), remarcó que el aborto terapéutico ya existía en el país hasta que en 1989, la entonces junta militar lo eliminó por decreto del Código Sanitario.
Ahora el texto deberá ser despachado el 8 de septiembre, pero la derecha ultraconservadora de Chile amenazó con impugnarlo ante la Corte Constitucional.
La ministra de la Mujer, Claudia Pascual, subrayó que el Gobierno está convencido que avanzar en este debate es una clara señal de respeto hacia los derechos fundamentales de las féminas.
Con el favor de la dictadura, la nación austral se hizo más cerrada y apenas en 2004 fue que legalizó el divorcio.
Lorena Pizarro, presidenta de la asociación de Detenidos y Desaparecidos, recordó que esas mismas voces que ahora hablan de “defensa de la vida” tienen un prontuario poco edificante.
“Ninguno de ellos, por cierto, se ha referido alguna vez, ni en su momento ni en la actualidad, a las nueve mujeres embarazadas que integran la bochornosa lista de detenidos desaparecidos durante la dictadura”, apuntó Pizarro.
Bárbara Figueroa, presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), subrayó que en Chile se vulneran constantemente los derechos de la mujer y el aborto terapéutico es apenas un pequeño paso en la dirección correcta.
Santiago de Chile, 5 de agosto 2015
Crónica Digital / pl