La proliferación de errores del Pentágono y la CIA en los ataques con drones en ultramar estimula el sentimiento antinorteamericano y proporciona a estas aeronaves una reputación siniestra, señala hoy el diario The New York Times.
Una parte del daño colateral de los golpes de estos aviones teledirigidos es la afectación al sueño del presidente Barack Obama de restaurar el prestigio de Estados Unidos en las naciones musulmanas, añade el artículo firmado por el periodista Scott Shanes.
De acuerdo con el Times, Obama heredó las guerras de Iraq y Afganistán al llegar a la presidencia en 2009, pero inició una tercera contienda con operaciones encubiertas mediante la escalada en el uso de drones en Pakistán, Yemen y Somalia.
Resulta evidente que centenares de militantes peligrosos fueron eliminados, incluyendo algunas figuras de alto rango de la organización extremista Al Qaeda, pero al cabo de seis años los resultados de algunos de estos golpes se convirtieron en un problema muy serio, agrega.
Según Shanes, un promedio de las estadísticas de varias instituciones académicas estadounidenses revela que desde 2004, unos 522 bombardeos con drones mataron a tres mil 852 personas, 476 de ellas civiles, aunque el autor reconoce que estos estimados resultan imprecisos.
El anuncio de Obama ayer de que uno de estos ataques en enero pasado contra Al Qaeda en Pakistán mató a un rehén norteamericano y otro italiano, estimuló serias dudas entre los más críticos de este programa.
En el operativo murieron el estadounidense Warren Weinstein, retenido por Al Qaeda en 2011 y el italiano Giovanni Lo Porto, rehén desde 2012, en una operación destinada a destruir un complejo de esa organización, y en la misma acción murió otro norteamericano: Ahmed Farouq, uno de los líderes del grupo terrorista.
En otro golpe por separado en enero de este año resultó occiso el también ciudadanos norteamericano Adam Gadahn, portavoz de la esa entidad extremista en la región.
Desde 2002, al menos ocho estadounidenses resultaron muertos por ataques con drones en Pakistán y Yemen, acciones que quitaron la vida a varios centenares de civiles inocentes.
Washington, 24 abril 2015
Crónica Digital/PL