El módulo de investigaciones Philae de la misión Rosetta, primer aparato hecho por humanos que aterrizó sobre un cometa, detectó moléculas orgánicas que contienen carbono, un elemento clave para la vida en la Tierra.
Philae envió esa valiosa información a la Tierra poco antes de apagarse debido a la falta de energía de sus baterías, según la Agencia Espacial Europea.
Las muestras obtenidas por la sonda todavía están siendo analizadas para ser identificadas
Aún no está claro si esas moléculas incluyen los compuestos necesarios para formar proteínas, pero los investigadores aseguran que se trata de un hallazgo excepcional a tono con uno de los objetivos de la misión, descubrir si los cometas sembraron hace miles de millones de años el planeta con compuestos orgánicos basados en carbono, para hacer surgir la vida en la Tierra.
Tras 57 horas de trabajo sobre el cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko, y antes de que sus baterías se agotaran, Philae transmitió gran cantidad de datos de varios experimentos. Entre ellos, del analizador de gases Cosac, que detectó las primeras moléculas orgánicas.
Otro de los diez instrumentos del módulo de descenso, el taladro SD2, al parecer logró taladrar el suelo, aunque no está aún claro si consiguió, y en qué medida, depositar las muestras obtenidas en el instrumento de análisis. Los científicos analizan los datos disponibles para determinar si una muestra fue correctamente depositada y analizada por el cromatógrafo de gases.
El instrumento Mupus, que también debía taladrar la superficie para determinar la densidad y las propiedades térmicas y dinámicas del cometa, no logró su objetivo al encontrar que el suelo era mucho más duro de lo esperado.
A pesar de que la potencia del taladro se incrementó gradualmente -explica Tilman Spohn, que lidera el equipo de investigadores de ese instrumento en el Instituto de investigación Planetaria de la agencia espacial alemana- no fue capaz de profundizar.
La intención era colocar un sensor térmico a unos 40 centímetros bajo la superficie. Pero, tras atravesar una capa de polvo de entre diez y veinte centímetros de grosor el sensor se topó con un material cuya dureza es similar a la del hielo.
Berlín, 19 noviembre 2014
Crónica Digital / PL