Familiares de víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) reclamaron justicia a 41 años del Golpe de Estado, en una marcha pacífica que culminó en el Cementerio General aquí.
Pese a sabotajes de elementos encapuchados de grupos anarquistas, más de cinco mil personas desfilaron por las calles de esta capital con fotos y carteles en recordación de desaparecidos y asesinados por la dictadura de Pinochet.
No es de cerrar capítulos, aguardamos por justicia, porque todos los criminales de la Junta Militar estén encarcelados y paguen por sus atrocidades, dijo Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Pizarro, hija del detenido desaparecido Waldo Pizarro y de la ex dirigente de derechos humanos Sola Sierra, lamentó que la Intendencia de Santiago y el Gobierno impidan que la tradicional romería pase por las inmediaciones del Palacio de La Moneda.
En el año 2006, encapuchados lanzaron una bomba molotov contra la puerta lateral de La Moneda en la calle Morandé, por donde habitualmente salía el derrocado mandatario Salvador Allende, muy cerca de donde se ubica el busto a su memoria.
La diputada Karol Cariola (Partido Comunista) subrayó que es hora de que el país entero asuma estas jornadas luctuosas previas al 11 de septiembre (fecha del Golpe de Estado) con la frente en alto y exigiendo la verdad.
No se puede enterrar un pasado que costó tantas vidas y sufrimiento al pueblo chileno, sentenció Cariola.
La marcha se inició a media mañana en la Plaza de Los Héroes, a cierta distancia del Palacio de La Moneda y aunque transcurrió en calma en su cola se agregaron decenas de agresivos encapuchados que chocaron con la policía.
Fueron necesarios el uso de gases lacrimógenos y camiones lanza aguas, pero así y todo en la calle Recoleta, un centro médico privado y dentro del propio Camposanto se dieron disturbios.
Alicia Lira, presidenta del colectivo de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), destacó el deber ciudadano y patriótico de los chilenos de rememorar la triste época de la asonada golpista y del régimen de Pinochet.
Activista de los derechos humanos desde el arresto de su hermano y asesinato de su esposo en 1986, Lira se pronunció por un mayor compromiso desde el Estado para que el 11 de septiembre sea una fecha más especial para Chile.
Por otro lado, ministro y portavoz del Gobierno, Álvaro Elizalde, participó en la ceremonia de conmemoración de la muerte del periodista José Carrasco Tapia, asesinado hace 28 años por organismos de seguridad de la dictadura.
“Debemos aprender de las lecciones de un pasado doloroso para que nunca más en Chile se cometan crímenes atroces como los de la dictadura”, apostilló Elizalde.
Junto a familiares, parlamentarios y amigos de Carrasco Tapia, el titular recalcó que las sociedades que no aprenden de sus errores no progresan. “La memoria, el recuerdo, son siempre necesarios para construir un futuro mejor en democracia”.
Por Fausto Triana, corresponsal de Prensa Latina.
Santiago de Chile, 8 de septiembre 2014
Crónica Digital