Polémica causó la designación como futura subsecretaría de educación, de la economista Claudia Peirano, debido a sus nexos comerciales con su ex marido Walter Oliva, sostenedor de una cadena de colegios subvencionados, además de sus propias opiniones vertidas en contra de la gratuidad universal de la educación y de las cuestionadas medidas que tomó el colegio subvencionado Dagoberto Godoy de Lo Prado, tras el asesoramiento de la Agencia de Asistencia Técnica Educativa (ATE) Grupo Educativo, fundada por la designada subsecretaria.
Ante este panorama, el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, indicó que es importante que el futuro gobierno de la Nueva Mayoría comience sin conflictos de interés: «Es fundamental para el nuevo ciclo que se inaugura con el gobierno de la Nueva Mayoría, encabezado por la presidenta Bachelet, que no tengan conflicto de interés ninguno de los miembros de su gabinete. Eso de partida”, señaló.
“En el caso de la nueva subsecretaria, ella tendrá que desprenderse de todo aquel negocio que la ligue a la educación y asumir un compromiso respecto a los acuerdos y principios establecidos en el Programa. Aquí no hay espacio para agendas propias y si la subsecretaria no cree en la educación gratuita, a partir de este cargo tendrá que creer, porque si no, no podrá dar cumplimiento al programa en Educación. Así de simple”, subrayó el dirigente.
Gajardo aseguró que si la nominada no puede asegurar su total apego al programa de Gobierno, “imagino que la Presidenta tendrá que hacer las modificaciones correspondientes a ese nombramiento. No podemos empezar el año con una subsecretaria de educación con conflicto de interés o que defienda el lucro en la educación pública. Sería un contrasentido.»
Para finalizar, el timonel del gremio docente manifestó que “existe una especial sensibilidad, sobre todo respecto del tema de la educación, por lo que se debe ser muy cuidadoso de las señales y los nombramientos”.
Santiago de Chile, 31 de enero 2014
Crónica Digital