En esta hora de pesar transversal por la partida del Papa Francisco, parece apropiado recorrer los aspectos principales de su visión de la justicia social y la justicia ambiental, orientada a la transformación de las estructuras sociales que generan desigualdad y exclusión, y afectan la sustentabilidad del planeta. Ello es necesario para que los homenajes en la hora de la despedida, no sean meras palabras.
En ese sentido, su pensamiento y mensaje es contradictorio con la postura de conservadores y extremistas de derecha que desestiman la justicia social como un principio ordenador del crecimiento económico y niegan el desastre ambiental y climático provocado por el modelo económico y social que defienden con tanta pasión.
Respecto de la discusión sobre la ecología y el medio ambiente, el Papa Francisco destacó la importancia de cuidar lo que denominó nuestra “casa común”. Sus principales puntos de vista se expresan en su Encíclica Laudato si’, en la cual aborda la crisis ecológica desde una perspectiva integral. Entre los puntos clave de su pensamiento puede citarse:
Ecología Integral: El Papa Francisco propuso una visión de la ecología que va más allá de la sola protección del medio ambiente. Desde una perspectiva holística, aseveró que la crisis ambiental está intrínsecamente ligada a la crisis social. Aboga por una “ecología integral” que considere las dimensiones éticas, humanas, sociales y ambientales de la crisis en curso. Esto implica reconocer la interconexión entre la naturaleza, la sociedad y la economía.
La Conexión entre los Pobres y el Medio Ambiente: El Papa subraya que los más vulnerables son los que más sufren las peores consecuencias de la degradación ambiental. Denuncia la “cultura del descarte” que afecta tanto a las personas excluidas como al medio ambiente.
Llamado a la Acción: El Papa Francisco llamó a un cambio en los estilos de vida y los modelos de producción y consumo. Hizo un llamado a la responsabilidad individual y colectiva para cuidar el planeta. Pidió a los lideres mundiales que tomen acciones concretas para frenar el cambio climático.
Crítica al Paradigma Tecnocrático y al Modelo: El Papa cuestionó el modelo dominante de desarrollo basado en el consumismo y la acumulación de riqueza. Criticó la visión que considera la naturaleza como un recurso ilimitado para la explotación. Desde ese enfoque, llamó a un cambio profundo en los estilos de vida, así como sobre todo en los modelos de producción y consumo.
La Importancia de la Espiritualidad Ecológica: El Papa Francisco propuso una espiritualidad ecológica que fomente una relación armoniosa con la creación. Invitó a reconocer la belleza y el valor intrínseco de la naturaleza. Invitó a una relación de cuidado y respeto con todas las criaturas. Promovió una “conversión ecológica”, lo que implica un cambio de corazón y una nueva relación con la creación.
La Destrucción del Medio Ambiente como Ofensa a Dios: El Papa Francisco consideró que la destrucción del medio ambiente como un pecado, no solamente personal sino también estructural y social.
La Tierra como Nuestra “Casa Común”: El Papa Francisco usó esta frase para enfatizar que todos compartimos el planeta y que tenemos entonces la responsabilidad de preservarlo para las generaciones futuras.
En esencia, el Papa Francisco propone una visión ecológica que va más allá de la protección del medio ambiente, buscando una transformación profunda de la sociedad y de la relación de la humanidad con la creación.
En este sentido, uno de los aspectos centrales del pensamiento del Papa Francisco fue la justicia social, caracterizado por una profunda preocupación por los marginados y una crítica a las estructuras que perpetúan la desigualdad. Al respecto, podemos destacar lo siguiente:
Prioridad por los Pobres y los Excluidos: El Papa Francisco insistió en la necesidad de poner a los pobres y marginados en el centro de la atención social y política. Desde su perspectiva, la justicia social exige una opción preferencial por los más vulnerables.
Crítica a la Desigualdad Económica: Francisco denunció las desigualdades económicas y sociales como una de las mayores injusticias del tiempo contemporáneo. Criticó un sistema económico que prioriza los beneficios materiales sobre los derechos de las personas y que conduce a la exclusión y la pobreza.
Llamado a la Solidaridad y la Fraternidad: El Papa promovió una cultura de solidaridad y la fraternidad, en la que todos se sientan responsables del bienestar de los demás. En su encíclica Fratelli Tutti, hizo un llamado urgente a la construcción de una sociedad basada en la amistad social y el bien común.
La Justicia Social como Derecho Humano: El Papa Francisco defendió que el acceso a los bienes necesarios para una vida digna, son derechos humanos y no caridad.
Conexión de Justicia Social y Ecología: Como se ha señalado, el Papa Francisco estableció una conexión profunda entre justicia social y justicia ecológica. En Laudato si’ argumentó que la degradación ambiental afecta de manera desproporcionada a los pobres y excluidos, y que la justicia social exige cuidar tanto de las personas como del planeta.
El pensamiento del Papa Francisco estuvo profundamente influenciado por la Teología del Pueblo, corriente teológica latinoamericana que se desarrolló en Argentina: una variante de la Teología de la Liberación en clave del justicialismo trasandino.
Aunque ambas comparten la “opción preferencial por los pobres”, como sujeto histórico de la Iglesia, que la Teología de la Liberación tiende a analizar la realidad social desde la óptica de la lucha de clases, la Teología del Pueblo se centra en la cultura y la identidad del pueblo, lo que implica resaltar la importancia de la cultura popular, de la sabiduría popular y de la religiosidad popular, las expresiones de fe del pueblo sencillo como fuente de sabiduría y de espiritualidad. Esta visión se basa en la idea de que Dios se revela en la historia y en la cultura de los pueblos.
De allí que el Papa Francisco además promoviera una “cultura del encuentro”, basada en el diálogo y la apertura, especialmente a los diferentes e históricamente excluidos.
Honramos hoy la voz de Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco. Un hombre que ha elevado la mirada del mundo hacia los olvidados, los marginados, los que sufren. Recordó que la Iglesia no debe ser un palacio, sino un hospital de campaña, un refugio para los heridos del alma y del cuerpo. Enfrentó la “globalización de la indiferencia”, invitándonos a reconocer en el rostro del otro, especialmente del más vulnerable e invisible, la imagen de Dios. Llamó a asumir nuestra responsabilidad como guardianes de la “casa común”: un llamado urgente a cuidar el planeta y asumir que cada vida es sagrada.
Su legado es un llamado a la acción para a construir un mundo de justicia. Un mundo donde la esperanza florezca en el sendero de la solidaridad.
Por Víctor Osorio. El autor es periodista y ex Ministro de Estado.
Santiago, 22 de abril de 2025.
Crónica Digital.