La designación de Roberto Ampuero como Ministro de Cultura, es una bofetada para la cultura nacional. Por cierto que la salida de Cruz Coke es comprensible dado los tiempos y las necesidades dela Alianza, pero ¿acaso no tuvo mejores opciones el Presidente Piñera? Hastala Raquel Argandoña tiene más méritos, al menos propios.
Roberto Ampuero, a diferencia de muchos otros quienes conocimos Cuba y también la República Democrática de Alemania, cuando era RDA, quizás nunca debió haberse vestido de verde olivo. Durante su vida, nunca ha terminado nada bien, nunca se ha lucido en nada y sin embargo, llegó a ser Embajador y ahora Ministro. Como escritor no se hizo conocido por sus letras, su prosa, sus geniales ideas o una imaginación fascinante. Nada de eso. Se hizo conocido más bien, por hablar mal de sus ex compañeros y proclamar a los cuatro vientos que renunciaba a las ideas que lo habían llevado a Cuba. De jotoso se hizo medio de centro tirando para derecha para después hacerse plenamente derechista. Así, sacando ventaja de una Revolución por la que no sudo ni una gota y de una organización política de la que renegó, comenzó a ganar fama. Los medios y las editoriales no le prestaban atención por escritor sino por renegado.
Sus obras posteriores, que no tienen ningún mérito y por las cuales nadie lo postularía a Premio Nacional, nunca se recuerdan y la única carta de presentación de Ampuero es su paso por Cuba y por haber sido comunista. Sus obras son intrascendentes, palabras que no tienen impacto.
De su carrera como embajador, hay una similitud con su obra literaria. Su intrascendencia. El Presidente Piñera lo nombró embajador, pese a tener muchos mejores prospectos, tanto de carrera como dirigentes políticos, sin embargo optó por Ampuero. En México, el ahora diplomático igualmente empezó en ninguna parte y terminó en la nada.
El contraste con Cruz Coke es enorme.La Culturapudo haber muerto con un gobierno de derecha y aunque no se destacó, nadie en nuestro país podría afirmar que haya habido un apagón cultura con un gobierno de derecha, cosa que podría haber ocurrido. Es cierto que la televisión es mas mala que antes, pero la cultura no se limita ala TV, afortunadamente.
Con Ampuero como Ministro, ¿Qué podemos esperar? ¿Qué artista, qué escritor, arriesgará su prestigio o su creatividad para un ser carente de credenciales y credibilidad? ¿Qué trayectoria acompaña a Ampuero? Él no es más que una carta de presentación de la derecha para decir, “Aquí tenemos a Ampuero, un renegado que se dio cuenta de lo malo del comunismo y ahora enmendó camino”, porque de cultura, ni una coma.
Seguramente publicará un libro en un futuro no lejano llamado “Mis años verde olivos: Segunda parte de cuando milité en un gobierno con Ministros que apoyaron la dictadura militar”. Quizás, en una de esas, relate como se arrepiente de aquello también.
Por Carlos Arrue. El autor es miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 10 de junio 2013
Crónica Digital