Por Marcel Garcés Muñoz
La iniciativa de la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, de instar a las fuerzas políticas del progresismo a enfrentar la circunstancia electoral presidencial con la perspectiva de la unidad, subraya un sentir popular y nacional sobre la trascendencia, profundidad y la responsabilidad del desafío que enfrenta la ciudadanía – y en particular los sectores progresistas- para el futuro y perspectiva democrática del país.
La ex mandataria entiende, como una mayoría de ciudadanos, que la definición electoral de noviembre del presente año representa mucho más que un ejercicio político electoral coyuntural, sino una confrontación entre el neofacismo, la oligarquía empresarial derechista y el pinochetismo que buscan su revancha, y el proyecto progresista, democrático y popular.
El llamado hecho a los seis candidatos (ahora van quedando cinco, al decidir Vlado Mirocevic, dar un paso al costado en la primaria del oficialismo y sumarse a la candidata de Carolina Tohá) que aparecían compitiendo en las primarias presidenciales del 29 de junio, para dirimir la figura que representará las perspectivas de futuro para el país y su pueblo, los ciudadanos, frente a lo que significaría el continuismo de la tragedia del pinochetismo y del modelo neoliberal impuesto a sangre y fuego por la dictadura,
Los candidatos del sector que buscan el apoyo ciudadano en las primarias del sector- un ejercicio electoral que se ha instalado como un mecanismo democrático- Carolina Toha (PPD), Paulina Vodanovic (PS), Jeanette Jara (PC), Gonzalo Winter (FA), Vlado Mirosevic (PL), Jaime Mulet(FRVS) fueron convocados este lunes 14 de abril, a la Fundación Horizonte Ciudadano, por la figura señera el progresismo fueron instados a que enfrenten la campaña, con un contenido, objetivo y sentido de unidad, respeto, fraternidad y una mirada de “proyecto país”.
Se trata también no solo de la conducta responsable en la retórica, los mensajes puramente electorales, sino de los contenidos político programáticos, de la continuidad en el esfuerzo de instalar en la discusión los temas centrales del desarrollo del progreso democrático, social, económico, que mueven a la ciudadanía y hacer posible un mundo más justo y solidario, que movilizan a los ciudadanos, al pueblo chileno.
Esa es el proyecto y sentido histórico del progresismo chileno, del patriotismo, cuyos objetivos se han ideo delineando a lo largo de una historia de demandas, luchas y esfuerzo de su pueblo, desde Marmaduque Grove, Pedro Aguirre Cerda, Luis Emilio Recabarren, Salvador Allende, de los trabajadores, sus intelectuales, de los hombres, mujeres que han entregado su vida por sus ideales.
Es de esperar que la respuesta, la voluntad y la práctica política, de las diversas expresiones política, programáticas y decisiones los sectores progresistas, y de su candidatos y candidatas responda en general a dichos enunciados, sin duda esperanzadores y responsables y la consigna que los inspire y moviliza, más allá de la circunstancia electoral, sea el de una sólida unidad, indispensable ante la magnitud de los desafíos del presente y del futuro.
No hay que equivocarse sobre las verdaderas disyuntivas, y dejarse embaucar ni dejarse engañar por la campaña insidiosa de las Derechas y sus medios de guerra sicológica, revivida por los nostálgicos de la Guerra Fría y la manipulación maniquea de buenos y malos, que mas allá de la palabrería agresiva, actúan bajo la batuta mercurial, de los diversos populismos y la demagogia, no desechando la violencia terrorista y el miedo.
Por otro lado, se trata también en el propio campo de la llamada coalición progresista, de evitar la descalificación del quienes compiten dentro del sector, en la búsqueda de la adhesión política ciudadana, eludiendo la contradicción fundamental que se viene en el escenario político y social nacional.
El Mercurio de esta do mingo 20 de abril apunta precisamente en el principal titular de su cuerpo de Reportajes, a lo que pretenden instalar al interior de la coalición progresista: ”El dilema de la primaria oficialista: defender o alejarse del gobierno de Boric”, asegurando, en lo que parece más bien una instrucción: ”los hasta ahora cinco candidatos buscan generar estrategias diferenciadoras para obtener una votación mayoritaria en un escenario en el que ninguno parece bien posicionado en las encuestas y no se sabe cuánto pesará cada partido en la primaria”.
Junto a ello el periódico que fluctúa ente apoyar a Evelyn Matthei, Johannes Kaiser, Rodolfo Carter o José Antonio Kast, destaca a toda página en su edición de este mismo domingo 20 de abril, una declaración del Secretario General del Partido Socialista, Camilo Escalona, donde afirma que “todos los candidatos se tienen que distinguir del Gobierno”, y la presidenta de esa colectividad, Paulina Vodanovic proclama que “nosotros (el PS) preferimos la lealtad lucida y critica que la obediencia ciega. No es nuestra madre de pensamiento el dogmatismo”, enfatizando a reglón seguido que “Hay cosas y acentos que hubiésemos hecho distinto o nos hubiésemos comportado de manera distinta, por ejemplo, en el Proceso Constituyente 1, en los indultos, en los problemas de corte administrativo, y en acentos que podrían haber sido de espíritu mayoritario, pero se habló hacia la tribu”.
Obviamente ·”El Mercurio” tiene sus propios objetivos políticos. Entre cosas la fragmentación partidista de los “enemigos”, la intriga, la guerra sucia, la descalificación. Dividir para reinar es una antigua estrategia para mantenerse en el poder, por parte de las oligarquías, o intereses políticos y económicos dominantes.
En el caso actual de Chile, los intereses de las oligarquías económicas, políticas, y hasta militares, o paramilitares, en franca subordinación a los objetivos imperialistas – Trump , Bukele. Milei, la OTAN- y el neofacismo en ofensiva internacional mediante- buscan destruir la capacidad democrática, reformista de los pueblos en marcha y movilización.
Nada de esto es casual, improvisado, o retórico. Y los actores políticos del progresismo deberían ser advertidos y leer más allá de la ligereza o francamente de la improvisación
No hay que olvidar que Chile, su pueblo, sus trabajadores y trabajadora, su juventud pagaron muy caro, el aventurerismo, la irresponsabilidad política, la pretensión de la verdad absoluta y el mesianismo y el caudillismo.
Ello es una advertencia y un motivo de reflexión, pero sobre todo de impulso y movilización política, pero impedir que estos propagandistas del odio ejecuten sus planes de venganza y destruyen el porvenir democrático de Chile.
Puesto en esta coyuntura histórica, la unidad del pueblo chileno, es más que una condición táctica o estratégica. Es un deber patriótico y democrático.
Es una necesidad imperiosa para el destino de la sociedad, para su futuro.
Por Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 21 de abril 2025
Crónica Digital/PL