La lucha contra el neoliberalismo y las guerras, el apoyo a causas históricas de los pueblos latinoamericanos y un respaldo unánime al proceso de cambios en Venezuela, signaron los debates del XVIII Foro de Sao Paulo.
Durante tres días, centenares de representantes de movimientos sociales y partidos políticos de izquierda trazaron nuevos caminos en pos de un mundo justo y equilibrado, desde una región más unida a 22 años de la creación del encuentro.
El evento acogió talleres temáticos sobre la democratización de la información y la comunicación, medio ambiente y cambio climático, pueblos originarios, seguridad agroalimentaria y la integración de las naciones del área.
Como parte de la reunión, sobresalió el I Encuentro de Parlamentarios de Izquierda, el II de Mujeres, el IV de Juventudes, un seminario sobre paz, soberanía nacional y descolonización, y otro acerca de los gobiernos progresistas.
En esos espacios, los participantes discutieron en torno a la crisis capitalista mundial, aunque destacaron que el neoliberalismo ya no resulta, como en Europa y Estados Unidos, el fundamento ideológico de la política económica latinoamericana.
Las fuerzas progresistas y de izquierda dirigen los destinos de una parte importante de los países y despliegan iniciativas que han permitido superar, en alguna medida, “la larga noche neoliberal”, sostiene la declaración de Caracas, aprobada al término del encuentro.
Al crecimiento de las fuerzas democráticas y populares, refiere el texto, la derecha responde con la agresión sistemática del gobierno de Washington y la criminalización de las demandas sociales, para generar enfrentamientos violentos y una contraofensiva golpista.
En tal sentido, los asistentes condenaron en todos los ámbitos el golpe de Estado parlamentario contra el presidente legítimo de Paraguay, Fernando Lugo, quien fue sometido por el Congreso a un juicio político.
Esa asonada del 22 de junio último, significa que la derecha aprovechó fragilidades reales del sistema, aseveró el sociólogo brasileño Emir Sader, presente en la cita de tres días, en una conversación con Prensa Latina.
Lugo es un gran líder popular, explicó, pero tuvo un cerco institucional muy fuerte, así como dificultades para avanzar y, por lo tanto, para conquistar y consolidar apoyo social.
Hay que aprender a sacar lecciones de esto, enfatizó, los movimientos sociales tienen que valorar más a los gobiernos progresistas, y estos, a su vez, deben saber que sin ese apoyo no alcanzarán el respaldo suficiente para proseguir con el proceso transformador.
Los delegados también denunciaron el golpe contra el exmandatario hondureño, Manuel Zelaya, en 2009, así como los intentos de derrocar a los jefes de Estado de Bolivia, Evo Morales, y de Ecuador, Rafael Correa.
Asimismo, recordaron la frustrada asonada militar de abril de 2002 contra el dignatario Hugo Chávez, reinstaurado en el Palacio de Miraflores por una multitudinaria movilización popular, que acabó en menos de tres jornadas con el propósito anticonstitucional.
La denuncia alcanzó igualmente a los medios de comunicación de la derecha, que desarrollan planes desestabilizadores y se “comportan como factores de poder, capaces de colocarse por encima de los poderes públicos”, asegura la declaración.
El Foro de Sao Paulo dio también un espaldarazo a demandas que, durante décadas, levantaron los pueblos de esta parte del mundo, sin encontrar en las grandes potencias una respuesta acorde a sus solicitudes legítimas.
Por eso, una vez más, emergió el reclamo argentino sobre las islas Malvinas, un archipiélago ubicado a unas 400 millas marinas de la costa del país austral y ocupado ilegalmente por Reino Unido desde 1833.
Otro de los temas clave residió en la condición actual de Puerto Rico, pues -a juicio de los delegados- resulta inconcebible la persistencia de enclaves coloniales en esta u otras regiones del orbe, en pleno siglo XXI.
Además, los cerca de 800 participantes manifestaron su solidaridad con la solicitud de excarcelación del boricua Oscar López Rivera, preso en Estados Unidos desde hace más de 30 años, debido a su lucha por la independencia de la isla.
Expresaron, asimismo, su voluntad de implementar nuevas iniciativas contra el bloqueo de Estados Unidos a Cuba, y por la libertad de cinco antiterroristas del archipiélago encarcelados en esa nación norteña en 1998.
Gerardo Hernández, Ramón Labañino, René González, Antonio Guerrero y Fernando González cumplen penas que llegan hasta doble cadena perpetua más 15 años de cárcel por infiltrar grupos terroristas que desde el estado norteamericano de la Florida operan contra el país caribeño.
Los congregados se solidarizaron también con los pueblos haitiano y saharaui, expresaron su apoyo a la lucha por la soberanía y autodeterminación de Palestina, y su oposición a cualquier intervención armada externa en Siria e Irán.
Finalmente, coincidieron en que “la batalla central de los próximos meses” recae en la contienda electoral en Venezuela, fijada para el 7 de octubre, y suscribieron un conjunto de acciones en respaldo a ese proceso.
El documento incluye la movilización de la opinión pública mundial contra “la campaña de descrédito y mentiras” adelantada por el Departamento de Estado de Estados Unidos y las grandes empresas mediáticas.
También contempla la realización de actividades para difundir los logros políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales de este proceso de transformaciones iniciado en 1999 con la llegada de Chávez al palacio de gobierno.
Asimismo, alerta a la opinión pública sobre el plan de la ultraderecha nacional e internacional destinado a desconocer los resultados de los comicios, para los cuales la gran mayoría de las encuestas otorgan una ventaja de más de 20 puntos al Jefe de Estado.
Por Lianet Arias Sosa. Corresponsal de Prensa Latina en Venezuela.
Caracas, 10 de julio 2012
Prensa Latina