Las tropas de Estados Unidos en la República de Corea concluyeron la instalación del escudo antimisiles Thaad, pese a las fuertes protestas y las polémicas desatadas por el costo de su despliegue.
De acuerdo con la agencia Yonhap, la operación ocurre días después de que el primer ministro de Corea del Sur, Hwang Kyo-ahn, anunciara el despliegue del Thaad en territorio nacional tras las maniobras militares de la República Popular Democrática de Corea (RPDC).
El sistema se emplazó en la localidad de Seongju, en la provincia de Gyeongsang del Norte, donde los residentes salieron a las calles en protesta por el temor a convertirse en blanco de ataques, y a los efectos de los radares sobre su salud.
Medios de prensa extranjeros destacan que la batería del Thaad está en su “capacidad operacional inicial”, pues llevará meses alcanzar la capacidad total de operación.
El despliegue provocó además desacuerdos entre Seúl y Washington sobre el reparto de los costos, después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara cobrar mil millones de dólares a Corea del Sur.
Seúl lo rechazó y alegó que según el acuerdo bilateral, solo debe proporcionar el terreno.
Por su parte China aseveró que la instalación del sistema elevará la tensión en la región y advirtió que tomará medidas para proteger sus intereses, pues lo considera una amenaza para su seguridad.
Estados Unidos y Surcorea firmaron el acuerdo para desplegar el Thaad el pasado año, lo cual causó inconformidades y críticas en la península coreana y en la región, incluyendo a China y Rusia.
Las acciones de Washington y sus aliados internacionales, así como la continua realización de ejercicios militares en las costas cercanas a la península, son para la RPDC una muestra abierta de hostilidad y amenaza latente.
De ahí que su gobierno realice pruebas frecuentes en su programa de armamento nuclear, con el objetivo de verificar las estrategias de defensa nacional ante posibles ataques.
Seúl, 3 mayo 2017
Crónica Digital /PL