Los científicos partieron de la hipótesis de que los rayos que el Sol arroja sobre el planeta provocan significativas variaciones en el clima y, mediante el análisis informático de datos, estimaron la influencia de ese cuerpo celeste sobre la Tierra para los próximos cien años.
A su criterio, la actividad de ese astro es la única explicación a los cambios climáticos naturales que ha experimentado el planeta azul en los últimos milenios.
Los expertos descubrieron que, después de una fase de alta intensidad solar después de 1950, la actividad del Sol disminuirá próximamente.
También plantean que una radicación más débil de la estrella puede contribuir a una bajada total de la temperatura terrestre de medio grado.
Advierten que este efecto no compensará el calentamiento del planeta inducido por las actividades humanas, que ha provocado un aumento de casi más de un grado centígrado de la temperatura global desde 1850.
Ginebra, 27 marzo 2017
Crónica Digital /PL