El envío de 450 asesores estadounidenses a Iraq demuestra que la Casa Blanca reconoce su inmersión en una guerra que puede extenderse más allá del mandato del presidente Barack Obama, señala hoy el diario The Washington Post.
El anuncio del mandatario este miércoles de que pretende mejorar el entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes que combaten al Estado Islámico (EI), resalta el dilema central de su estrategia fallida en esa nación árabe: cómo apoyar a un Gobierno frágil sin participar a fondo en una guerra que nunca deseó, añade el artículo del Post.
En su conjunto, las nuevas medidas en la lucha contra los fundamentalistas demuestran la profunda convicción de Obama de que solo los iraquíes pueden llevar a cabo esta lucha en el terreno, y que el mandatario también está decidido a mantener a las tropas norteamericanas fuera del peligro de los combates terrestres.
El texto, firmado por los periodistas Greg Jaffe y Missy Ryan, cita declaraciones de funcionarios de la Administración según los cuales este incremento de asesores militares no está dirigido a la obtención de victorias rápidas en el campo de batalla.
En realidad el objetivo principal de la medida es ayudar al primer ministro Haider Al Abadi a ganarse el apoyo de los sunitas desafectos y fortalecer al ejército, cuya actuación irresponsable dejó vulnerable al líder iraquí ante los desafíos de sectores de línea dura, agrega el artículo.
Según el anuncio de Obama, las tropas estadounidenses en Iraq -que ahora ascenderán a más de tres mil 500 efectivos- estarán dentro de los cuarteles iraquíes supervisando la ofensiva para recuperar el territorio perdido el mes pasado frente al EI.
El Post señala que el nuevo despliegue no incluye controladores aéreos avanzados para dirigir los bombardeos de Washington y sus aliados, ni tampoco permite el uso de helicópteros de ataque Apache, armamento vital en el combate urbano.
Las nuevas directivas de la Casa Blanca prevén mantener e incluso incrementar la campaña aérea que la coalición militar encabezada por Estados Unidos inició el 8 de agosto de 2014 en suelo iraquí y extendió a territorio sirio el 23 de septiembre, sin la anuencia del Gobierno de Damasco.
A pesar de que hasta la fecha Estados Unidos y sus aliados lanzaron más de tres mil 100 golpes aéreos contra el EI en ambas naciones árabes, este grupo controla casi un tercio de Iraq y cerca de la mitad de Siria, de acuerdo con reportes oficiales.
En las próximas semanas, el Congreso estadounidense debatirá el proyecto de Autorización del Uso de la Fuerza Militar contra el EI, presentado por Obama en febrero pasado.
La propuesta intenta prohibir la realización de acciones ofensivas prolongadas en el terreno y es duramente criticada por los demócratas, quienes aseguran que la legislación es demasiado ambigua, mientras los republicanos dicen que el texto es muy restrictivo.
Washington, 11 junio 2015
Crónica Digital / PL