Inmigrantes en Estados Unidos protagonizan hoy una jornada nacional para exigir al presidente Barack Obama detener las deportaciones, que alcanzaron el récord de dos millones bajo el actual gobierno.
Según el Frente Unido de Inmigrantes, los activistas realizarán marchas pacíficas, concentraciones y repartirán volantes en Chicago, Los Ángeles, San Diego, Nueva York y Washington DC, entre otras ciudades, con la petición de que el mandatario evite un aumento del número de familias separadas por las repatriaciones.
Los organizadores del evento escogieron el 12 de diciembre porque en esta fecha miles de devotos abarrotan las iglesias católicas de las comunidades hispanas para rendir tributo a la Virgen de Guadalupe, la patrona de México y uno de los principales iconos religiosos de Latinoamérica.
Dicha iniciativa forma parte de un movimiento nacional vigente en Estados Unidos en favor de la aprobación de una reforma migratoria integral, estancada en el Congreso aunque es considerada una de las prioridades del segundo mandato de Obama.
La campaña incluyó un ayuno en esta capital y la visita al Congreso de al menos 100 niños hispanos que entregaron cartas a los legisladores en busca de apoyo a la normativa, la cual debe ayudar a regularizar el estatus de al menos 11 millones de indocumentados.
La Cámara de Representantes, dominada por la oposición republicana, mantiene paralizada la reforma aunque el Senado la aprobó en junio pasado.
Analistas, empresarios, líderes religiosos, juristas y legisladores demócratas advierten que de no concretarse una pronta votación, todo el esfuerzo para sancionar nuevas leyes de inmigración quedará relegado ante la proximidad de las elecciones de medio término en 2014.
En esos comicios debe renovarse un tercio del Senado y toda la Cámara baja.
Washington, 12 diciembre 2013
PL