El presidente de Perú, Ollanta Humala, termina una semana enfrentado a un confuso escándalo por el que tuvo que prescindir de un ministro y un asesor de alta confianza y está a punto de relevar al principal jefe de las fuerzas armadas.
Los relevos son consecuencia de la revelación de que un notorio personaje condenado por corrupción, exoperador de Vladimiro Montesinos, brazo derecho del expresidentes Alberto Fujimori, disfrutaba de una extrañamente aparatosa protección policial.
El caso desató ataques opositores que vapulearon al mandatario, que dijo el jueves que nada tiene que ver con López, a quien llamó “basura” y “delincuente”, mientras sus parlamentarios recordaban que como militar Humala encabezó una rebelión simbólica contra Fujimori.
El presidente busca ahora un reemplazo para el abogado Wilfredo Pedraza, quien dimitió ayer y asumió toda la responsabilidad política, en medio de la certeza de que, por su conocida probidad, no tiene culpa en la insólita deferencia dada a López.
Anoche el presidente Humala aceptó la renuncia del asesor en materia de Defensa Adrián Villafuerte, un exmilitar a quien diversos sectores atribuían el manejo de facto de las fuerzas armadas y la policía y señalan como responsable de presuntos vínculos con López, todo lo cual negó.
Fuentes de alta credibilidad dijeron que es inminente además el cese del jefe del comando conjunto de las fuerzas armadas, almirante José Cueto, a quien varios de los siete altos jefes policiales destituidos tras el escándalo sindican como autor de la orden de cuidar a López, lo que él niega rotundamente.
En el caso de Pedraza, su relevo era considerado seguro antes de la actual crisis y tras la reciente designación del nuevo primer ministro, César Villanueva, por el desgaste causado por la gravedad del problema de la inseguridad ciudadana.
El ministro anunció el jueves ante el Congreso de la República, al informar sobre el escándalo estallado ese día, que asumía la responsabilidad política y que había puesto su cargo a disposición del presidente.
Pedraza convirtió en irrevocable la dimisión ayer, por considerar concluido su ciclo y para evitar problemas en la presentación de Villanueva ante el parlamento el próximo lunes, en busca de la confianza del Legislativo, figura constitucional de virtual ratificación.
Villafuerte, quien según versiones extraoficiales fue en realidad cesado por el desgaste que su situación causa al gobierno, a quien la oposición, insólitamente incluida la bancada parlamentaria fujimorista, acusan hasta de vínculos con Montesinos, encarcelado por corrupción y otros graves crímenes como Fujimori.
El diario La República asegura que Villafuerte usó su influencia para colocar en el comando conjunto de las fuerzas armadas al coronel Oswaldo Zapata Corrales, primo de López y quien fue expulsado por Humala en 2006 del naciente Partido Nacionalista por su relación con el llamado operador de Montesinos.
Zapata aparece junto a López en un acto oficial de la policía por el que fue cesado el jefe de ese cuerpo en Lima, sin ofrcer explicaciones al respecto.
En cuanto a Cueto, diverso medios de prensa afirman que el ministro de Defensa, Pedro Cateriano, le pidió su renuncia ante el desgasta causado por su controversia con jefes policiales cesados, que lo acusan de ordenar la protección de la casa de López como si fuera de Cueto, lo que este niega, mientras otras señales indican que el resguardo era dado desde antes de asumir el cargo el almirante.
La versión añade que Cueto solo acepta dejar el cargo si el presidente lo destituye y otros trascendidos indican que su salida es inminente sobre todo por el caso del coronel López.
De otro lado, el exministro Pedraza, tras dimitir, declaró que en la protección a López, que considera una ilegalidad producto de la corrupción policial, no hay error como alegan los implicados, sino ocultamiento de información clave.
En medio del confuso escándalo, el expresidente Fujimori dio una nueva entrevista telefónica a una televisora local en la que acusó a Humala de vínculos con Montesinos, algo insólito si se tiene en cuenta que este era su brazo derecho.
Importantes analistas y legisladores de izquierda y oficialistas señalan por otra parte que el caso López es consecuencia de la subsistencia de la llamada mafia montesinista, experta en operaciones ilegales encubiertas en el aparato del Estado y en sectores claves como las fuerzas armadas, la policía y los tribunales.
Lima, 16 de noviembre 2013
PL