Un equipo de científicos descartó que el cambio climático o la competencia con los humanos por el alimento mataran por hambre al león americano y al tigre dientes de sable.
Análisis de dientes de esos carnívoros recuperados de los depósitos de alquitrán de La Brea, en el sur de California, no evidencian cambios en los patrones de desgaste producto de un mayor aprovechamiento de la presa ante la escasez de comida, difundió la revista Public Library of Science (PLoS).
Investigadores de la Universidad de Vanderbilt, basaron sus resultados en el empleo de una técnica llamada análisis de microdesgaste de la textura dental (DMTA, por sus siglas en inglés) que emplea un microscopio confocal.
Este equipo produce una imagen tridimensional del diente, lo que permite analizar las marcas de desgaste que no son las mismas al masticar la carne que al triturar los huesos.
Producto de la masticación de la carne se producen pequeñas marcas paralelas, mientras que la de los huesos genera surcos más grandes.
Los científicos evaluaron cómo los patrones se alteraron con el tiempo y escogieron especímenes de diferentes etapas, desde hace 35 mil años a 11 mil 500 años atrás.
El estudio echa por tierra la creencia de que esos animales murieron por hambre a causa del cambio climático y la acción humana o por una combinación de ambos factores.
Los investigadores comprobaron que los patrones de desgaste en los dientes del león americano son más parecidos a los del guepardo (Acinonyx jubatus) que no suele comer los huesos de los animales que caza.
La dentadura de los dientes de sable era más parecida al del león africano de la actualidad, el cual sí mastica algunos huesos.