Crítica de Teatro
Por Miguel Alvarado Natali
“Síndrome de resignación” escrita por Mara Ibaceta y cuenta con la dirección de Daniela Aranda y la propia Mara Ibaceta. Es una performance creada en Site Specific, que nos invita a entrar a la propia escenografía junto a los actores Jacqueline Adrian y Juan Gálvez, quienes encarnan, respectivamente, a una madre desesperada que lucha con su hijo drogadicto en una población. Se está presentando hasta el 12 de octubre en Casa Palacio por Teatro Poiesis.
Desde 1990, Suecia enfrenta una misteriosa enfermedad. Detectada sólo en este país, afecta exclusivamente a hijos de quienes buscan asilo, provocándoles un aislamiento completo y desconexión del cerebro consciente, en el que dejan de caminar y hablar o, incluso, abrir los ojos.
Norma (Jacqueline Adrian) es la madre de César (Juan Galvéz), ella ha optado por encerrar a su hijo en un sótano, para que no consuma pasta base. Pero es el cumpleaños de su padre, el esposo de Norma y César apela a esto para que lo dejen salir a comprar un regalo, mientras la madre le contesta con evasivas, “que no puede abrir esa puerta tan pesada” y sigue viendo la telenovela de la tarde.
La escenografía es una propuesta innovadora inmersa en el subterráneo de este Palacio de arquitectura ecléctica construido a partir de 1885. Un espacio libre, con vigas de hormigón nos da la bienvenida a esta puesta escénica donde el público y los actores pueden convivir de esta escenografía funcional, con sillas, ventanas, sartenes, tostadores y otros elementos colgando desde el cielo de aquel sótano. Las actuaciones están correctas y vemos a una madre interpretada por Jacqueline Adrian (Cachipun express) 2024, que no pierde las esperanzas en que su hijo salga de la droga. Su mirada, sus gestos y su andar tienen marcadas las huellas del sufrimiento y el desconsuelo al recrear a Norma. Por su parte, el actor Juan Gálvez, a quien viéramos en el excelente monologo “Franco”, ahora es César. Construye un personaje potente, típico y descarnado.
El médico y escritor canadiense Gabor Mate, plantea que el origen de toda adicción es un trauma. Y este es el enfoque emotivo que tiene el personaje del hijo drogadicto que es capaz de robarle a su propia madre. Pero además aquí hay una analogía del Síndrome de Resignación con los efectos de una adicción. Entonces este montaje, va desarrollando personajes que están en un constante conflicto por la adicción de uno de ellos, pero también hay un planteamiento social del entorno donde viven estos seres, casi en penumbras y en desesperanzan, donde el alcohol y la droga son el pan de cada día.
¿Quién es culpable de que este joven sea drogadicto? ¿su madre?, ¿el colegio?, ¿la población? o ¿el Estado?. El culpa a su madre. “A usted le mataron los sueños y usted me los mato a mí” le dice. Aquí hay una recriminación mutua de madre e hijo por la vida que han llevado y que los tiene sumidos en la pobreza y la marginación.
Síndrome de Resignación es una puesta en escena lúdica y desgarradora. Es una obra llamativa y novedosa desde el punto de vista estético donde se presenta. Nos sumerge, casi literal, en un mundo marginal, en los sueños que no fueron, en la pasta base que te hace olvidar tu precaria realidad y el amor de una madre e hijo que apenas se sostiene en una copa de vino. De un humor negro, descabellado y colérico. Nos hace reflexionar si debemos resignarnos frente a esta materialidad, que es evidente en cada población de un Chile que no ha podido acabar con la génesis de todos nuestros problemas, la desigualdad.
FICHA ARTÍSTICA
Producción: Noel Saint Jean. Elenco: Jacqueline Adrián y Juan Gálvez Diseño integral: Paula González. Composición musical: Hugo Araneda Registro fotográfico: Catalina Cortes. Versión audiovisual: Vicente Corté
Prensa: Claudia Palominos
Santiago de Chile, 11 de octubre 2024
Crónica Digital