Por Martha Andrés Román
El exvicepresidente demócrata Joe Biden, quien amplió su ventaja sobre los otros aspirantes demócratas a la presidencia estadounidense, continúa hoy sin trasladar esa condición de líder a su desempeño en los debates del partido.
Según el promedio de encuestas del portal digital RealClearPolitics, el exvicemandatario tiene un 30,7 por ciento del apoyo de los votantes de la fuerza azul, mientras su contrincante más cercana, la senadora Elizabeth Warren, aparece con un 18 por ciento.
Pero en el quinto debate demócrata, celebrado anoche en los estudios Tyler Perry de la ciudad de Atlanta, Georgia, esa superioridad no se reflejó en su actuación sobre el escenario.
Al menos en eso coinciden diversos medios norteamericanos de prensa que una vez más colocaron a Biden entre los perdedores de la noche, al considerar, como el caso del portal digital Vox, que sus respuestas ‘fueron interminables, difíciles de seguir y, a veces, finalizaron abruptamente con poca explicación’.
La cadena de televisión NBC apuntó que el exvicepresidente no tuvo un momento destacado en el escenario y se apegó en gran medida a un argumento familiar: que él es el contendiente mejor posicionado para vencer al actual gobernante del país, el republicano Donald Trump, a partir de su experiencia y de su atractivo para los votantes moderados.
Pero más allá de enfocarse en sus ideas o propuestas, muchos medios norteamericanos se centraron en los errores involuntarios que volvió a cometer y que han sido frecuentes durante toda su campaña presidencial.
En un momento determinado, al hablar sobre el enfrentamiento a la violencia contra las mujeres, manifestó que es preciso continuar ‘golpeando y golpeando’ en ese tema, una elección de palabras considerada desafortunada.
Asimismo, al destacar el gran respaldo que tiene entre la comunidad negra del país, dijo que tenía el apoyo de la ‘única mujer afronorteamericana que había sido elegida para el Senado’, en referencia a la exlegisladora Carol Moseley-Braun.
El problema con esa afirmación es que Moseley-Braun no ha sido la única afronorteamericana en llegar a la Cámara Alta, pues también lo hizo la senadora Kamala Harris, quien además es una de las candidatas demócratas a la Casa Blanca y estaba precisamente en el mismo escenario que Biden en el debate de este miércoles.
No, eso no es cierto, la otra está aquí, respondió de inmediato la propia Harris ante el desliz del exvicemandatario.
Sus actuaciones en los debates no le han costado hasta el momento, pero eso no cambia el hecho de que son casi indefectiblemente inestables, consideró al respecto el diario The Washington Post.
La pregunta que muchos se plantean es si Biden podrá darse el lujo de seguir manteniendo un desempeño pobre en ese tipo de discusiones y, sobre todo, cómo le iría si gana la nominación del partido y se enfrenta a Trump en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020.
En el caso contrario estuvieron el alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg, y la senadora Amy Klobuchar, sobre quienes diversos medios coincidieron en que fueron los ganadores del debate.
Buttigieg, el contendiente más joven con 37 años de edad, defendió tanto sus esfuerzos para atraer a los votantes negros como su currículum político relativamente delgado, y aunque se esperaba que fuera blanco de ataques dado su reciente avance en los sondeos de opinión, no recibió muchas arremetidas y salió prácticamente ileso.
A lo largo del debate, evitó los ataques de sus opositores mientras usó su tiempo para impulsar su mensaje como una figura ajena al ambiente político de Washington y un candidato más moderado que podría unir al país, destacó Vox.
Por su parte, la senadora por Minnesota lució muy preparada, y fue ampliamente aplaudida por sus comentarios de que las candidatas mujeres son sometidas a un estándar diferente al de los hombres, así como cuando aseguró que una fémina sí puede derrotar a Trump.
En tanto, las actuaciones de sus colegas Warren y Bernie Sanders tuvieron menos repercusión, pero en sentido general ambos se apegaron a sus temas clave como el cuidado de salud y la desigualdad social, en defensa de las propuestas más progresistas del campo demócrata.
Una conclusión importante de este quinto debate podría ser que a menos de tres meses del caucus de Iowa, a efectuarse el 3 de febrero próximo y con el cual se inicia el proceso de comicios primarios, aún no hay definiciones sobre quién será la figura que tratará de derrotar a Trump.
Washington, 21 noviembre 2019
Crónica Digital/PL