Dichos programas, alrededor de medio centenar, forman parte del Plan de Seguridad Nacional que el mandatario está desplegando en su batalla contra la corrupción y la violencia delincuencial, el cual tiene un aspecto coercitivo y otro social.
El primero, para lo cual busca cambiar la constitución a fin de crear una Guardia Nacional integrada en su fase inicial por las fuerzas armadas, la marina y la policía federal, será organizado por los gobiernos estaduales aunque con la presencia de los coordinadores especiales que responden al Ejecutivo federal.
El segundo, que López Obrador considera lo más importante porque ataca las causas y orígenes de la delincuencia y la corrupción, abarca decenas de planes de desarrollo económico y social para generar empleo, formar ciudadanos en todas las esferas del saber, crear un sistema de becas y dar atención priorizada a los jóvenes.
Para poder ejecutarlos, estima el mandatario, es necesario realizar un conteo poblacional con muchos detalles que han denominado censo de bienestar social, el cual permitirá comenzar a aplicar los planes específicos cuyo financiamiento está contemplado en el presupuesto de 2019 aprobado por la Cámara de Diputados.
Precisamente ayer el presidente López Obrador se reunió con los coordinadores, con quienes revisó la marcha del trabajo y los instó a acelerar la tarea para que los beneficios lleguen rápido y bien a sus beneficiarios.
Se trató de un encuentro privado del mandatario con los denominados superdelegados del presidente por el cúmulo de tareas que les ha asignado y que, en sus primero momentos, generó celos y disgusto con los gobernadores regionales quienes pensaban que estos les restaban atribuciones, pero al final todo fue aclarado.
México, 27 de diciembre 2018
Crónica Digital /PL