Es cierto que todos somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestros silencios. Se pretende juzgar a Alejandro Navarro por una posición política que ha sostenido por años, que muchos no compartimos en su momento, y por sus dichos antiguos sobre Venezuela, pues su actual postura está a favor de que se hagan todas las reclamaciones y las auditorías necesarias para garantizar la transparencia o no de las elecciones del domingo pasado. Ello lo ha expresado claramente a los medios de comunicación.
Si se pretende insistir en aquello, lo justo sería abrir el debate respecto de todos los políticos de trayectoria larga como Alejandro, y revisar “con lupa” sus dichos del pasado. No puedo dejar pasar, a propósito de ello, como toda la derecha actual, en particular en el caso de sus dirigentes que tienen más de 50 años, defendió –ni más ni menos– a la tiranía que encabezó Augusto Pinochet acá, en casa, en Chile, que fue responsable de las más atroces violaciones a los derechos humanos en la historia contemporánea de nuestro propio país, y colaboró con esa dictadura mientras ejerció su poder despótico.
Más aun, negaron las violaciones a los derechos humanos, y se sumaron al coro dictatorial cuando señalaba que las desapariciones, las ejecuciones, detenciones arbitrarias, torturas y violaciones de mujeres eran meros inventos de una imaginaria campaña del “comunismo internacional”.
Estoy hablando de la candidata presidencial de la derecha, Evelyn Matthei, y de muchísimos otros parlamentarios y excongresistas, alcaldes y exediles, exministros y exintendentes, una parte de los cuales está plenamente vigente en política. También hemos visto a políticos de derecha de la generación más joven haciendo similares alegatos, llegando hasta a negar que Pinochet era lo que era: un tirano que hizo uso del poder en forma despiadada y corrupta.
¿Publicarán El Mercurio y otros medios de derecha sus dichos? ¿Mostrarán el canal de Luksic o el canal del grupo Falabella los vídeos, por ejemplo, con la viva defensa de Evelyn Matthei a Pinochet? ¿O el vídeo famoso de la ceremonia de Chacarillas, donde le rindieron culto a Pinochet, más que como soldados, como esclavos?
De hecho, durante estos 50 años existe abundante material de esta naturaleza que pudiera ser exhibido.
La campaña de la derecha contra Navarro, por sus dichos antiguos (y también con dichos apócrifos), busca debilitar al mundo progresista. Y fija en el primer día, desde la inscripción de los candidatos, que no va a trepidar en debilitar con cualquier medio las candidaturas del progresismo.
Nadie que se sienta parte del mundo progresista debería sumarse al descrédito injusto del coro de la derecha y a los ataques de los Hijos de Pinochet. Navarro no ha cometido ningún delito y ni siquiera se le acusa de alguno, no tiene ninguna inhabilidad y tiene una limpia trayectoria en términos de probidad y compromiso con la justicia social y las causas verdes. Hoy no está defendiendo a Maduro, ha ganado en forma transparente muchas elecciones populares y cuenta con una probada capacidad de servicio público para ser Gobernador de Regional del Biobío. Ello, además, está demostrado en una vida consagrada, en gran medida, a defender causas justas en términos sociales y ambientales.
Por Jaime Mulet. El autor es Diputado Regionalista Verde.