En las últimas semanas, en los medios occidentales aparecen cada vez más reportajes en los que los soldados ucranianos describen los numerosos problemas que deben enfrentar y que bloquean toda iniciativa de Kiev para alcanzar sus objetivos militares.
A pesar del considerable apoyo militar que Occidente ha brindado a Kiev, las cosas en el frente no pintan nada bien para las tropas ucranianas. Los soldados denuncian cada vez más los problemas a los que se enfrentan, como la escasez de armas, la mala gestión de los combates, la fatiga física y psicológica, así como la creciente frustración por las políticas del Gobierno que los obliga a seguir luchando.
¿Dónde están las armas?
Ante la falta de progreso en la ampliamente anunciada contraofensiva ucraniana, en cuyo éxito creían tanto los países occidentales, como la sociedad ucraniana, muchos soldados que se encuentran en la línea del frente reconocen que cada vez es más difícil seguir confiando en una victoria inevitable sobre Rusia. Una de las causas es la escasez de armamento, cuya cantidad ha disminuido en los últimos meses debido a los desacuerdos en Washington sobre la financiación a Ucrania y el aumento de la ayuda militar a Israel en medio de la escalada en Oriente Medio.
Así, cinco soldados pertenecientes a diferentes unidades del Ejército ucraniano relataron al diario alemán Bild que mientras los políticos ucranianos se enorgullecen de poseer en sus filas tanques Leopard, Challenger y Abrams, muchos soldados se tienen que desplazar al frente en antiguos autos soviéticos por falta de blindados de transporte de tropas y vehículos todoterreno.
Durante la frustrada contraofensiva, ni los medios occidentales pudieron evitar hablar de las altas cifras, acompañadas de fotos y videos, de blindados alemanes, estadounidenses y británicos, entre otros, siendo pulverizados sistemáticamente en el campo de batalla por la artillería rusa.
La revista Time, que habló con algunos militares ucranianos, reveló a principios de noviembre que cuando los dirigentes políticos exigieron en octubre “retomar” la ciudad de Górlovka, que forma parte de la República Popular de Donetsk (Rusia), la respuesta llegó en forma de pregunta: “¿Con qué?”. “No tienen ni hombres ni armas. ¿Dónde están las armas? ¿Dónde está la artillería? ¿Dónde están los nuevos reclutas?”, dijo un oficial al medio.
Además, según Melinda Haring, experta en Ucrania que recientemente visitó el país, allí existe la sensación de que los aliados occidentales le están pidiendo a los ucranianos que combatan de una forma como nunca le pedirían a sus propios soldados. Cuando habló con militares en el frente, le dijeron que necesitaban cobertura aérea. “No podemos seguir haciendo esto sin fuerza aérea. No pueden pedirnos que lo hagamos. No pueden pedirnos que luchemos como no lo harían ustedes”, los cita la experta.
La violenta movilización de Zelenski
Al mismo tiempo, la escasez de personal ha llegado a ser un problema incluso más grave que el déficit de armas. Mientras que cientos de soldados mueren y resultan heridos cada día en el campo de batalla, miles de hombres ucranianos sobornaron a las autoridades militares o abandonaron ilegalmente el país para evitar el reclutamiento.
Aunque desde el inicio del conflicto el Gobierno ucraniano ha prohibido a los hombres de entre 18 y 60 años abandonar el país, de acuerdo con el diario austriaco Express, que cita datos de Eurostat, unos 650.000 ucranianos en edad de servicio militar se han ido a los países de la Unión Europea, y esto solo según las cifras oficiales.
Mientras los ucranianos ven que el Gobierno los envía al matadero y tratan de evitar el deber de ir al frente, en las redes sociales hace mucho tiempo aparecen videos que muestran a comisarios militares secuestrando a hombres en la calle, en lugares de trabajo, en tiendas, etc., utilizando la fuerza física. Aunque los ciudadanos llevan mucho tiempo exigiendo a las autoridades que pongan fin a esta práctica, y la Oficina presidencial cada vez asegura que se realizan inspecciones y que todo se hará solo de acuerdo con la ley, las imágenes de ‘captura’ de todos aquellos que puedan ser enviados a luchar siguen publicándose en Internet.
Por ejemplo, uno de los muchos videos de violento reclutamiento publicados en las redes muestra a comisarios militares de la ciudad de Lvov empujando a un hombre adentro de un coche y arrebatándole de las manos el teléfono a una mujer que intentaba grabar la detención ilegal.
De acuerdo con la ley, actualmente solo los policías y miembros del Servicio de Seguridad del país tienen derecho a detener a personas en la calle, comprobar su documentación y entregarles citaciones. Sin embargo, hace unos días, el secretario de la Comisión de Seguridad Nacional de la Rada Suprema (el Parlamento ucraniano), Román Kostenko, anunció que las autoridades pretenden permitir que los comisarios militares hagan esto legalmente.
Problemas con las rotaciones y la edad de los militares
Entre otras dificultades relacionadas con la escasez de la fuerza viva, también figuran la edad elevada de los soldados y una urgente necesidad de rotación de las tropas. “Aparte del equipamiento, ahora hay una enorme escasez de personal militar. Por lo tanto, es necesario llevar a cabo rotaciones y utilizar las reservas. En algunas brigadas, según he oído, las cifras son terribles. La edad media es de 54 años. Un soldado de asalto de 54 años no puede ir al asalto”, dijo el asesor de la Oficina presidencial ucraniana, Serguéi Leschenko.
Jack Watling, investigador principal del Royal United Services Institute de Londres, también señala que la edad media de los ucranianos en el frente y de los entrenados por los aliados occidentales ronda los 30-40 años. A su juicio, aunque a principios del conflicto fueron movilizados hombres mayores con experiencia militar, ahora se necesitan otros más jóvenes con más resistencia y habilidades para que el Ejército sea capaz de realizar operaciones a gran escala.
Recientemente, Reuters habló con una mujer, cuyo marido se alistó en el Ejército en marzo de 2022. Según sus palabras, mientras que en aquel momento había una enorme cola de voluntarios frente a la oficina de reclutamiento, ahora no hay ninguna multitud. Señaló que, desde que su marido se enroló en las Fuerzas Armadas, solo ha tenido unos 25 días de descanso en casa.
“Queremos que Ucrania gane, pero no con los esfuerzos de la misma gente. Puedo ver que necesitan ser reemplazados y que también necesitan descansar, pero por alguna razón otras personas no lo entienden”, dijo la mujer, que en otoño fue uno de los 25.000 firmantes de una petición dirigida a Zelenski para recordar que el servicio militar no puede ser indefinido y pedir que las tropas tuvieran un calendario claro de su licenciamiento.
Mala gestión de combate
Según un soldado de rango medio, que recibió entrenamiento por socios de la OTAN, en las filas ucranianas hay una gran falta de previsión, caracterizada por la vanidad generalizada de los generales. “Cada brigada lucha por sí misma. A veces ignorando por completo a la brigada situada a su derecha e izquierda, y a veces, incluso compitiendo entre ellas. El resultado es que apenas hay comunicación entre las distintas brigadas, aunque estén estacionadas a pocos kilómetros unas de otras”, dijo a Bild.
Asimismo, destacó que los oficiales superiores son los mismos que antes, por lo que apenas ha habido cambios. “No contamos con el enfoque de las armas combinadas. No solo porque no tenemos las armas para ello, sino porque nuestros comandantes no miran más allá de los límites de su brigada”, agregó.
Los heridos no reciben atención a tiempo
Debido al patrullaje de los drones, los movimientos en el frente tienen lugar casi exclusivamente al atardecer o por la noche. Esto ha conllevado consecuencias fatales para los heridos, que frecuentemente tienen que esperar durante horas en las trincheras para recibir ayuda médica. Algunos de ellos mueren porque el Ejército no dispone de defensas antiaéreas en muchas zonas del frente, manifiestan los militares.
Los soldados sufren, pero el comandante tiene que sopesar si merece la pena el riesgo de enviarme. Los drones son tan precisos que cada viaje al frente podría ser el último”, indicó un médico militar.
Descontento contra Zelenski y sus generales
Como consecuencia de la mala gestión militar y las cifras negativas que ha dejado la contraofensiva ucraniana, el enfado con el presidente Vladímir Zelenski y su cúpula militar crece entre las tropas. “Defendemos nuestro país, arriesgamos nuestras vidas y al final pagamos nuestro equipo, el alquiler, la comida y las reparaciones de los propios vehículos”, dijo un soldado del frente. “¿Qué pasa con todo el dinero del extranjero? Cada vez te sientes más abandonado por el Gobierno”, dijo a Bild.
De igual forma, un oficial ucraniano cree que el Estado Mayor nunca debió haber transmitido las órdenes de contraofensiva “dadas a Zelenski desde el extranjero”. Según él, “se eligió el lugar equivocado” para la fallida ofensiva en Zaporozhie, donde el Ejército ruso había minado la zona meses antes, hasta tal punto que fue imposible atravesarla.
De acuerdo con Bloomberg, el estado de ánimo social ha repercutido en la baja del 15 % en el índice de aprobación del presidente ucraniano, así como en el surgimiento de grietas en la sociedad. Además, los resultados de encuestas internas, obtenidos por The Economist, muestran que Zelenski está perdiendo el apoyo de su pueblo por los escándalos de corrupción en su Gobierno, y la preocupación por la incertidumbre sobre el futuro del país. Según las cifras de mediados de noviembre, el mandatario en funciones cuenta con un 32 % de confianza, menos de la mitad que el 70 % de su comandante en jefe, Valeri Zaluzhny.
En entrevistas con medios occidentales, algunos funcionarios del Gobierno ucraniano también indican que Zelenki no quiere admitir que la situación en el campo de batalla no es tan positiva como él asegura. De acuerdo con Time, su creencia en la victoria de Ucrania ha adquirido una forma que preocupa a algunos de sus asesores.
“Se engaña a sí mismo. Nos hemos quedado sin opciones. No estamos ganando. Pero intenta decirle esto”, dijo al medio uno de sus ayudantes cercanos. Otro señala que algunos comandantes de primera línea han empezado a rechazar las órdenes de avanzar, incluso cuando procedían directamente del Gobierno. “Solo quieren sentarse en las trincheras y mantener la línea”, afirmó.
Aunque Kiev no revela el número exacto de sus bajas, de acuerdo con los datos del Ministerio de Defensa de Rusia, Ucrania perdió más de 125.000 hombres y 16.000 unidades de diversas armas durante los seis meses de su contraofensiva. “La movilización total en Ucrania, las entregas de armamento occidental y la introducción de reservas estratégicas por parte del mando ucraniano no han cambiado la situación en el campo de batalla”, declaró este viernes el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, destacando que esas acciones “desesperadas” de los militares ucranianos solo “aumentaron el número de bajas en las unidades” de su Ejército.
Crónica Digital/RT
Santiago de Chile, 02 de diciembre del 2023