El peronismo logró un profundo cambio estructural, marcó un punto de inflexión en la política argentina y dejó una concepción filosófica en la cual encontramos las respuestas a las demandas actuales, aseguró el profesor, investigador y militante Jorge Rachid.
En diálogo con la Agencia Informativa Prensa Latina, el médico, escritor y titular en Ciencias Sociales dijo que, bajo la guía del expresidente Juan Domingo Perón (1895–1974), Argentina vivió un proceso de enormes transformaciones, basado en un modelo solidario de justicia social, independencia económica y soberanía política, que dejó una huella profunda en el pueblo argentino.
Asimismo, consideró que, décadas después, es necesario volver a su programa y releer su obra, de gran vigencia y relevancia.
Considerado uno de los políticos más relevantes de esta nación, Perón fue Vicepresidente, Ministro de Guerra, Secretario de Trabajo y Previsión, Jefe de Estado en tres oportunidades (1946–1952, 1952–1955, 1973–1974) y fundador del Partido Justicialista.
Es reconocido por la aplicación de políticas en beneficio de la clase obrera, la redistribución de riqueza a favor de los sectores más postergados, el reconocimiento de derechos de las mujeres, la industrialización, la nacionalización de los sectores básicos y la reforma constitucional de 1949.
Bajo su mandato y, por la iniciativa de su segunda esposa, Eva Perón (1919–1952), fue aprobada en 1947 la Ley 13.010 de sufragio femenino, la cual marcó un hito en la defensa de la igualdad de género.
Su segundo gobierno finalizó el 16 de septiembre de 1955 debido a un golpe que impuso un régimen autodenominado Revolución Libertadora, el cual contó con el apoyo de Estados Unidos y dio inicio a un período de proscripción y persecución de sus seguidores.
Tras casi 18 años en el exilio, regresó a la Argentina en 1972 y llegó a la Presidencia otra vez un año después.
Su muerte se produjo debido a una cardiopatía isquémica crónica y lo sucedió la viuda, María Estela Martínez, derrocada en 1976 por un Golpe de Estado que dio inicio a la peor dictadura cívico–militar en Argentina, extendida hasta 1983 y que desapareció a más de 30 mil personas.
Según el sociólogo Ernesto Villanueva, “el 1 de julio de 1974, Perón pasó definitivamente a la inmortalidad. Se había despedido poco antes frente a una multitud anunciado que su único heredero era el pueblo y que la voz de este sería siempre la música más maravillosa”.
“Bajo las cenizas de un país arrasado, en el subsuelo de la patria y en los más recónditos rincones de las barriadas humildes, permaneció encendida la brasa de su doctrina”, apuntó.
Asimismo, precisó que su programa de gobierno emancipador se concentró en las tres banderas que aglutinaron doctrinariamente al movimiento peronista: independencia económica, soberanía política y justicia social, pilares que constituyeron la solución concreta a las necesidades económicas, sociales y culturales de Argentina.
Fue capaz de contener la inflación, elevar el salario real, reducir el desempleo, reactivar el mercado interno, diseñar un plan para el autoabastecimiento energético, incorporar a esta nación al Movimiento de Países No Alineados, expulsar las misiones militares extranjeras, intentar recuperar diplomáticamente las Islas Malvinas, romper el bloqueo contra Cuba y resolver viejos conflictos limítrofes, entre las medidas más relevantes, añadió.
Por su parte, Rachid indicó que el peronismo filosófico logró la síntesis del pensamiento mestizo, moreno, criollo e inmigrante, que dio origen a la identidad latinoamericana.
Descendiente de indios tehuelches, Perón reunió los postulados de pensadores del siglo XIX y el XX como el cubano José Martí (1853–1895), el nicaragüense Rubén Darío (1867–1916), el peruano José Carlos Mariátegui (1894–1930) y el argentino Manuel Baldomero Ugarte (1875–1951), señaló.
En el Primer Congreso Nacional de Filosofía, celebrado en Mendoza en 1949, consolidó doctrinariamente la idea de cómo se puede enfrentar al modelo “demoliberal burgués” con un esquema que denominó la comunidad organizada, el cual consiste en que el pueblo pase de ser testigo a protagonista de la historia, bajo amparo constitucional, explicó.
De acuerdo con Rachid, ello se ve reflejado en la reforma de ese año que modificó la Carta Magna de 1853 y tuvo como resultado una de las primeras constituciones sociales porque incorporó derechos taxativos, lo cual implicó un cambio profundo en la matriz legislativa.
Optó por una tercera posición a nivel internacional, al asumir en un contexto de guerra fría prácticamente lanzada. Se opuso al conflicto de Corea y a entrar en los Acuerdos de Bretton Woods (1944). Dijo que, si eran herramientas del capitalismo, no iban a servir para el desarrollo de los pueblos, sino para someterlos, apuntó el especialista.
El investigador precisó que uno de los preceptos fundamentales del peronismo es la defensa de la Patria Grande Latinoamericana y cuando llegó a la Presidencia derrumbó la hipótesis de guerra, que tenía la Argentina de la decadencia, con Brasil y Chile, explicó.
Otro rasgo importante del movimiento fue la incorporación de agregados sindicales a todas las sedes diplomáticas del país en el exterior, con el fin de que los tratados internacionales tuvieran en cuenta los intereses de los asalariados.
El impacto del peronismo en la política y la historia de Argentina “es altísimo porque se transformó en una cultura identitaria al ser síntesis de las epopeyas y las luchas de los movimientos nacionales y populares en América Latina”, indicó Rachid.
Se logró un cambio estructural en el ámbito económico–social, en el político–institucional y desde el punto de vista del pensamiento.
Cuando se fue Perón no había deuda externa, agregó. El analista resaltó la importancia de esto último, sobre todo en el contexto actual, cuando el préstamo de más 56 mil millones de dólares obtenido por el expresidente Mauricio Macri del Fondo Monetario Internacional (FMI) provoca graves daños y atenta contra la soberanía.
Además, comentó que, tras la muerte de Perón, el movimiento sufrió un proceso muy grave de traición y entrega al neoliberalismo durante la etapa menemista (por Carlos Menem, quien gobernó desde 1989 hasta 1999), período en el cual hubo una claudicación profunda y un tráfico ideológico bajo la idea de una supuesta adaptación.
Esa experiencia trajo poca resistencia porque el peronismo venía de dictaduras, de los 30 mil desaparecidos, de perder el gobierno con Raúl Alfonsín (1927–2009), y se pensó que Menem podía ser determinante en la recuperación de virtudes y valores doctrinarios. “No fue así”, señaló.
Para Rachid, “la recuperación de los principios fundacionales” del peronismo comenzó con la llegada de Néstor Kirchner (1950–2010) y Cristina Fernández a la Casa Rosada en 2003.
Durante 12 años, tuvo lugar una reparación histórica y de recuperación de los derechos del pueblo, los cuales fueron ampliados con políticas de memoria, verdad y justicia, y con medidas como el reconocimiento a las identidades sexuales, a la interrupción voluntaria del embarazo y el respeto y protagonismo de las mujeres.
Sin embargo, el profesor cree que la fragmentación y el saqueo que hizo el macrismo con la deuda externa condicionan la soberanía política y económica en la actualidad y provocan que la capacidad de maniobra sea baja.
Hoy esta nación sufre las consecuencias de la pandemia de la COVID–19, la injerencia del FMI, la destrucción del sistema de salud por la gestión de Macri, la guerra en Ucrania y la peor sequía registrada.
“Pese a todo eso, estamos dando batalla en el frente Unión por la Patria que reúne a varias fuerzas políticas. Releyendo a Perón se siguen encontrando respuestas”, aseguró. De la misma forma, resaltó la vigencia del “Modelo argentino” para un proyecto nacional, considerado el testamento político de Perón.
Allí señala que el mundo futuro será el de los bloques y advierte sobre la riqueza natural de Argentina. Hoy la general Laura Richardson, del Comando Sur de los Estados Unidos, nos amenaza a nosotros y a la región cuando dice que va a proteger a nuestros pueblos, sus reservas de litio y agua dulce, de las inversiones chinas y rusas, afirmó.
Rachid alertó sobre una agresión de ese país y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte que tiene un diseño estratégico para América Latina, en especial tras el anuncio de la incorporación de Argentina al grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Washington “pretende convertir a Latinoamérica en un nuevo Puerto Rico” y dividir a la Argentina en cuatro regiones: la del norte por el litio; la de la Patagonia austral por el mar, la Antártida y los pasos bioceánicos; la zona norpatagónica por el yacimiento de Vaca Muerta y los mayores recursos petroleros y gasíferos; y la central, por su potencial agrícola y ganadero. “Eso es colonialismo”, aseveró.
El reciente triunfo de La Libertad Avanza en las elecciones generales, pone al peronismo frente a la necesidad de fortalecerse, unirse y analizar nuevas estrategias.
De acuerdo con el analista Luis Bruschtein, el panorama actual implica un horizonte de violencia: “Nadie se dejará atropellar ni arrebatar sus derechos y las políticas anunciadas por el Presidente electo Javier Milei son muy agresivas. Esas dos fuerzas enfrentadas implican la inminencia de protestas, represiones y profunda inestabilidad”.
Argentina ya pasó por situaciones en las que la fragmentación fue la estrategia para aplicar medidas antipopulares y en las que la unidad social del pueblo en la resistencia fue la única defensa. “La calle será otra vez el teatro principal de la política. Es el único territorio que no puede colonizar el poder económico”, aseveró.
Por su parte, la dirigente de la Juventud Peronista, Lucía Cámpora, resaltó la importancia de actuar con más unidad y organización que nunca, con coraje, templanza y lealtad a Cristina Fernández.
Por: Glenda Arcia. La autora es Corresponsal Jefa de la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina en Argentina.
Colaboraron en este trabajo: Amelia Roque, Editora de Especiales de Prensa Latina, y Laura Esquivel, Editora Web de Prensa Latina.
Buenos Aires, 26 de noviembre 2023.
Crónica Digital / Prensa Latina.