Por Fernando Véliz Montero. PhD. en Comunicación. Autor de Resiliencia Organizacional, Comunicar y Organizaciones ¡Vivas!
El mundo del trabajo todos los días nos exige algo más de templanza. O porque los salarios son bajos, o porque la inestabilidad es crónica, o porque el tiempo de descanso es mínimo, o porque el trato no es el adecuado, o porque la tecnología ya nos jubilará, o porque no nos expandimos como seres humanos, sino que nos contraemos a nivel emocional (para sobrevivir). Es decir, al parecer el cómo producimos y el cómo nos relacionamos al interior de las empresas, no es lo adecuado para hacer del trabajo diario, un lugar digno, nutritivo y válido para nuestras vidas.
Y esto viene de siglos, a veces con una mayor o menor cuota de sofisticación, pero sumando y restando, el trabajo muchas veces nos atrapa en jaulas de malas prácticas y naturalizados abusos.
Actualmente “casi el 60% de la población del mundo trabaja” (OIT). De esta cifra, ¿cuántas personas verdaderamente se sentirán realizadas con su trabajo? ¿cuántas personas estarán ganando lo realmente justo por su desempeño diario? ¿y cuánto sentido (del por qué y el para qué de lo que hacemos) habrá en el hacer laboral de tantos millones de seres humanos en el mundo entero? ¡No lo sé!, pero sí tengo claro que estas inconsistencias muchas veces resultan un dolor extremo que terminan, entre otras cosas, con agudas enfermedades mentales laborales.
“A nivel mundial, se estima que cada año se pierden 12.000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, a un costo de US$ 1 billón por año en pérdida de productividad” (OMS, 2022).
Organizaciones ¡Vivas!, obra editada por Gedisa (España) para toda Iberoamérica, es un texto que busca navegar en la complejidad del trato humano para, desde ahí, profundizar en relaciones laborales con ética y cuidado interno. Porque esa es la idea, sumar distinciones comprometidas para así fortalecer las relaciones de convivencia, y todo lo que esté vinculado con la humanización del trabajo al interior de las empresas, esto tanto a nivel público como privado.
“No debe ser aceptada ninguna ley que no tenga por finalidad la convivencia humana” (Giordano Bruno).
Y es así, como en cada una de las páginas de Organizaciones ¡Vivas!, se abordan múltiples temas, entre estos, la confianza, el aprendizaje, la colaboración, las conversaciones, la salud integral, los sueldos justos, terminar con el mal liderazgo, dar sentido al trabajo, erradicar el miedo, mejorar la comunicación, fortalecer el sindicalismo, construir una ética organizacional… en fin, son 101 temas, todos perfilados para nutrir el campo relacional de las organizaciones, desde convivencias verosímiles y coherentes en el tiempo.
Otro elemento relevante que destaco de este libro es su rol infinitamente pedagógico en el cómo contar la historia. Ya que cada distinción conecta con citas, teorías, reflexiones, casos, experiencias, preguntas, recomendaciones, conclusiones… es decir, fue un texto escrito con el desafío de ser leído en forma transversal por las organizaciones y el conjunto de sus trabajadores. Por lo mismo, acá el reto no solo busca sumar ideas al mundo simbólico del trabajo, sino también, integrar dinamizadores -verdaderos motores de arranque- que lleven todo lo escrito a la acción y, con esto, alcanzar relaciones organizacionales (a nivel interno), al servicio de una cosmovisión ética compartida. Entendiéndose que el relacionamiento, la convivencia, el trato y la co-construcción del día a día laboral, surge desde una ética validada por todos y todas quienes conforman una organización.
“La ética no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor” (Savater).
Por último, esta obra la escribí inspirado desde un profundo compromiso con la dignidad de todos los seres humanos que a diario trabajan para generar desarrollo y expansión en sus propias vidas, y en las de sus familias también. Desde ese lugar, pienso que otro mundo laborar, ¡sí es posible alcanzar!
“Los sueños son las semillas del cambio, nada crece sin una semilla y nada cambia sin un sueño” (Boone).
Santiago de Chile, 29 de mayo 2023
Crónica Digital