El tic tac de los relojes advierte la cercanía de Qatar 2022 y millones de personas frotan sus manos hoy a la espera del primer mundial de fútbol en el Medio Oriente, cuyas expectativas rozan lo inefable.
La alegría es contagiosa en torno a un certamen que -obviamente- rebasa las fronteras de la península arábiga: más de la mitad de la población planetaria siguió de cerca la lid de Rusia 2018, y nada será diferente cuatro años después.
Como en el pasado, el programa legará desde este 20 de noviembre un fértil caldo de cultivo para historias sobre héroes y villanos en el pasto verde, esos mismos que lucharon durante varios meses sus tickets en un ambiente sui generis, por culpa de la Covid-19.
Buena parte del proceso clasificatorio aconteció lejos de lo acostumbrado: estadios vacíos, silencio en las gradas, mascarillas en los rostros, temor a contagios, medidas sanitarias…, pero se le plantó cara a la desgracia y aquí están las 32 selecciones aspirantes al título.
Incluso antes de la pandemia existieron recelos, aunque uno de los más significativos resultó la fecha de competencia elegida para contrarrestar las altas temperaturas –alcanzan los 50 grados Celsius en la etapa veraniega- en un país cuyos desiertos devienen atracciones turísticas.
Atrás quedaron en el calendario los tradicionales meses de junio y julio. Las principales ligas hicieron una pausa (obligada) y el bullicio de los goles será generado desde una nación con apenas 11 mil 571 kilómetros cuadrados y menos de tres millones de habitantes.
Un estado cuya principal fuente económica es el poderoso sector de petróleo y gas, de ahí que pocos se espanten al escuchar los montos del Mundial más caro de siempre: se habla de gastos superiores a los 220 mil millones de dólares, una cifra irrisoria desde cualquier ángulo.
Eso sí, la inversión arrojó ocho estadios cuasi increíbles, y la suma aumentó debido a los proyectos de infraestructura como parte del plan de ampliación de Qatar a 2030, que ahora incluyó la construcción de hoteles, aeropuertos y red de metro.
Estamos a las puertas del último evento universal de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, de Sergio Busquets y Ángel Di María; de observar otros saltos tecnológicos en función del deporte, y del enésimo remix de la rivalidad entre Europa y Sudamérica.
Sobre lo último, cabe recordar que los países de Latinoamérica acumulan nueve Copas, gracias a Brasil (cinco, máximo ganador), Uruguay y Argentina, ambos con dos, mientras el Viejo Continente computa un total de 12, incluido el liderazgo de Francia en Rusia 2018.
¿Qué selecciones son las favoritas? ¿Cuál equipo levantará el trofeo? ¿Messi cumplirá su gran sueño? ¿Francia repetirá? Solo resta respirar profundo y esperar en unas horas el pitazo del duelo Qatar-Ecuador. Entonces, el mundo estará a los pies del fútbol, una maquinaria que desata las más inverosímiles pasiones.