El proyecto de Ley Integral de Protección contra la Violencia de Género lleva estancado en el Congreso desde el año 2017.
Con la presencia de Emilia Ríos, alcaldesa de Ñuñoa, autoridades comunales y representantes de organizaciones feministas, como la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres y la Coordinadora 19 de Diciembre, familiares y amigos de Francisca Moll conmemoraron el primer año de su partida.
Cabe recordar que Francisca Moll se suicidó el 4 de abril del pasado año, luego de sufrir por más de dos años violencia física, psicológica y sexual, además de chantajes económicos y amenazas a sus familiares y amigos. Moll denunció a su ex pareja en tres oportunidades, no obteniendo protección oportuna ni adecuada.
Esta actividad se enmarca dentro de la lucha que Rosa Elena Moreno, madre de Francisca, se comprometió a llevar a cabo el día que su hija falleció “Su último deseo fue que luchara para que las mujeres estemos seguras. En eso estamos, alzando la voz para lograr la Ley Integral de Protección contra la Violencia de Género, una ley fuerte, que obligue al Estado a protegernos ante todo tipo de violencia, incluyendo la tipificación legal del suicidio femicida”.
¿Suicidio femicida o inducción al suicidio?
Hace algunos días, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, expresó la voluntad del gobierno para agilizar la Ley Integral de Protección contra la Violencia de Género, la cual ha dormido en el congreso desde el 2017. Sin embargo, a pesar de esta noticia, existe cierta preocupación dentro de grupos feministas y familiares de víctimas; que el suicidio femicida se aborde legalmente como una inducción al suicidio, como está en el escrito original, sin darle una connotación de género.
Como explica Lorena Astudillo, abogada y vocera de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, “el suicidio femicida se produce cuando una mujer acaba con su vida por violencia de género permanente, ejercida por los victimarios como por la desidia de las instituciones cuando las mujeres solicitan ayuda. Generalmente en la inducción al suicidio se busca que la persona se quite la vida, a diferencia del suicidio femicida, donde lo más probable es que el agresor no tenga como objetivo que la mujer muera, quieren seguir teniendo una posesión sobre ella, perpetuando su violencia, por lo cual, estamos antes dos figuras completamente diferentes”.
Crónica Digital
5 de abril de 2022